La redención de el hijo

Sus ojos estaban llenos de lágrimas, pero su orgullo no lo dejaba explotar en llanto. Sonrió famélicamente, se rasco la barbilla y volvió la mirada a la habitación de recién adquirida familia.

Estaba sacando un cigarro, pero la enfermera lo miró muy feo, sin necesidad de nada lo devolvió a su cajetilla. Estaba esperando que saliera de la habitación, pero se demoraba demasiado, seguramente esta sería una de las últimas veces que lograría escuchar a su madre.

Al salir le tomó el hombro y le dijo:

-¿cómo esta la abuela?-

-no es tu abuela- respiro hondo y le soltó el hombro- sabes perfectamente que no tienes nada que hacer acá, fuiste tú que nunca me quiso buscar-

-¿CÓMO ME DICES ESAS WEAS?!!!- le grito mientras trataba de contener el coraje de su puño- Solo era un niño, ya han pasado 22 años, para ser tan inteligente eres muy bruto, demasiado im…-

-Mira hueón, me importa una wea que creas o pienses, cometí un error cuando era pendejo, ahora tengo que verte y asumir que los errores crecen-

-Sí y no gracias a ti, nunca me ayudaste y mi mamá se las llevo bien duras, eres un cobarde y un polleruo. Jamás serás ni la mitad de hombre que soy yo, por lo menos te puedo mirar a cara, puedo hacer todo con la frente en alto, en cambio tú siempre bajaste la cabeza y gritas o das un golpe, porque nunca aprendiste a ser persona-

-¿Persona? Tu bastardo, que puedes hablar de persona- se dio media vuelta y se fue riéndose entre dientes. Quizás fue la falta del cigarro, pero exploto en una nube de puñetazos contra su progenitor. Hasta que apareció un guardia y lo sacó de encima, su cara estaba toda manchada y la sangre se aguaba con las lágrimas que finalmente eran libres, era toda una manada de ellas, que iba limpiando su cara de la sangre de donde él venía.

-Por lo menos fue en un hospital- dijo Felipe, el abuelo o padre como se vea-Eso en realidad es tener consideración- y se hecho a reír. El guardia se puso hablar con él, para saber que iba hacer con su nieto, a ratos lo miraba y le sonreía.

Mientras tanto a su hijo lo llevaron a una habitación para ponerle unos puntos en la cara, realmente esos puños quemaron la piel y golpearon el alma, tanto que enfermera mientras hacia las curaciones trataba de hablarle, pero no obtenía ninguna respuesta. No sé si realmente le dolía la cara o el orgullo, pero no quería hablar no quería decir nada, su rostro estaba hecho pedazos, lo más triste solo por un par de golpe, se sintió viejo, que habrá sido, no haberse defendido o que sus carnes ya se están volviendo más frágiles, que su tejido ya arrugado no es solo el stress, sino ¿son los años? Aunque no quiera reconocerlo, tiene un hijo de 22 años, ya no es un niño, es un hombre fuerte, hecho y derecho.

Finalmente Felipe dejo de hablar con el guardia y se acercó a su nieto que ya se había limpiado la cara y las manos:

-discúlpeme, por pegarle a su hijo-

-no te preocupes, a ratos se lo merece, por cierto, no te preocupes por nada el guardia no te sacara-

-¿entonces que hará?-

-Nada-

Mientras tanto en otra habitación, el hijo de Felipe estaba saliendo de la habitación donde le habían hecho las curaciones, se acerco el guardia lo tomó del brazo y le dijo:

-Acompáñeme señor-

-Pero ¿por qué?-

-Por pegarle a su hijo-

-Pero no le puse un dedo encima-

-Ni lo hará-

-Pero…-

-No hable, solo váyase vuelva otro día-

Lo dejo en la puerta y salió del hospital, sacó su celular y llamo a su viejo, pero no le contesto. Se mordió la mano y los machucones de la cara no lo dejaban hablar.

Bajo la cabeza quizás buscando una respuesta en el piso, pero nada, solo como siempre. En su pecho comenzó nacer un sentimiento calido y vació, que lo llenaba, no podía hacer nada, lo desesperaba, entonces comenzó a murmullar “todo es culpa de él” “me quito a mi familia” “se llevo a la mujer que amaba” “él es mi error”. Mientras comenzaba a golpear la de la plaza donde había llegado, empezó a sonar su celular, lo dejo sonar unas 3 veces, antes de contestar.

-¿alo?-

-Si, ¿Darío?-

-¿Qué quieres ahora hueon de mierda?-

-Tranquilízate, es muy importante lo que te tengo que decir-

-¿Qué? ¿qué me odias? Ya lo sé cabro de mierda, tengo la cara que me lo dice-

-No te odio, si alguna vez lo hice era porque no entendía, estoy viejo y no te guardo odio- sintió como una espada helada se le clavara en el estomago, pensó “este es mi error”- pero eso no importa ahora, debes volver al hospital, acaba de morir tu mamá- finalmente la espada en su estomago giró y de su corazón broto una rabia que lo hacia babear y le respondió:

-Te odio a ti y a todo el mundo- corto el celular lo tiro lejos, nunca más supo de su hijo o su padre… ni de sus nietos… ni nada que le recordara lo humano que es.

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Bueno, hace unos dias que no ponia nada nuevo y creanme que hace un dias me han pasado cosas que no pense que pasarian, todo ha sido muy extraño.
Mas ahora que no he dormido nada y estoy cansado, pero termine el libro que me prestaron, ahora vamos por otro.

en fin se me cuidan y un dia mas lucido, con una disposicion mas satisfactoria hacia un Felipe mas elocuente, les explicare que ha sucedido con lujo y detalle, por ahora les dejo este cuento que por lo que veo esta incompleto... como mi historia...


adiosh

Pd: muero de sueño