Tuesday, December 16, 2008

La caida

Estaba sentado mirando por su ventana, una luna algo tristona pero entera. Se recostaba a cada cierto tiempo en el respaldo de su sofá y suspiraba, dejaba escapar su imaginación casi extinta.

En el reflejo de su cara en el vidrio, se vio hace miles de años, casi como un mono, pero no era eso exactamente. Se sintió joven y alegre. Desde un árbol podía ver como todo era parte del mundo, como aquel árbol engendraba vida en el mundo.
Cientos de miles como él jugaban en sus ramas, que se internaban en todo el cosmos, abrazaban las estrellas hasta ahogarlas; nada tendría sentido si se ven con los ojos de los hombres actuales, pero aquellos tiernos animales solo disfrutaban poder poseer la luz entre sus manos.

Se levantó de su asiento, se toco la cabeza y sus ojos se inundaron en una tristeza tan pálida como la luna. Bebió algún alcohol envejecido por los años de su desván, volvió a la ventana y las nubes que se movían por el cielo, le recordaron las gigantescas hojas donde solía dormir. A pesar que cada recuerdo era tan real y puro, no podía evitar echarse al cuerpo algún psicotrópico para adormecerse, volver al mundo del presente.

Pero siempre en las noches de luna llena, podía recordar como termino todo. Aquel árbol no tuvo edad, siempre había estado, pero un día se subieron a él otros animales, más espectrales que reales, que empezaron alimentarse de las raíces del árbol.
Los animalitos que vivían en ese árbol empezaron a ver como palidecían sus hojas, como sus enormes ramas comenzaron caer y ya lo alcanzaban las estrellas. De pronto el árbol había reducido su tamaño al de un montaña, pasaron otros cientos de años su tamaño no era mayor al de un cerro.
Los animales que disfrutaban de él, lo abandonaron, algunos emprendieron el vuelo otros volvieron al mar y algunos se fueron gateando. Salvo unos pequeños monos, que luchaban por mantenerle en vida, durante décadas buscaron la forma de detener el avance de esos seres pero no podían hacer nada.
Así avanzo hasta el último día del árbol, este para recompensar a los monitos, les dejo su último fruto y con eso se desencadeno una ráfaga de pensamientos vagos e inmateriales, de pronto los monos se vieron en miles de tiempos diferentes, consumidos solo con un yo actual.

Se volvió a recostar en su sofá, recordó a su familia a su madre e hijos. Seguía bebiendo para tratar de olvidar su locura que lo asfixia en estos tiempos de razón, tenía un nombre, como había tenido miles. Las madres e hijos, a cada uno lo amaba y lo recordaba con cariño.

Todo le decía que no había nada de razón o lógica en sus recuerdos, pero el sabía que eran reales, cada vez que se emborrachaba era como volver a ese fatídico día donde el sol rojo bajo hasta la tierra enfurecido y encerró a quienes habían eliminado al árbol, encerrándolo en la luna.

Una vez que la tierra volvió a quedar solo por las alimañas que vivieron en el árbol, el ciclo empezó a girar.

Miraba su vaso, no podía dejar de sentirse tan cuerdo como siempre, pero sabía que ya había echado raíces muy en el fondo de su locura o la verdad, aunque se engañaba sabía que algún día caería victima de ella y volvería a su madre original, a su árbol y sus estrellas.

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Cuesta huir de uno, cuando tienes exito, solo vuelves a caminar hacia a ti.


"Olvidando, serás libre y apenado. Construyendo, comprenderas el caos. Estando loco, todo volverá a tener sentido"

adios

Thursday, December 11, 2008

Dulce navidad

Parece que suelo ser un poco más sensible de lo que aparento, por ese motivo se me suelen llenar los ojos de lagrimas, pero en realidad yo creo que mi cabeza es un océano, porque siempre hay puros peces deambulando por ella y algún que otro pescador que se fue al abismo simplemente por no tener cuidado.

Aunque lo que quiero compartir el día de hoy es que estuve leyendo cartas de navidad para el viejo pascuero y hubo una que me marco, no daré la lata de reproducirla entera solo me limitare a las frases que se que nunca olvidare “Por favor viejito, solo te pido ver a mi mamá un minuto, nada más que un minuto… sino se puede, viejito regálame un telescopio porque quiero verla en el cielo”, quizás si tuviera un poder o si me dieran un regalo, me gustaría que todos esos deseos sinceros y potentes se cumplieran. Estoy algo cansado del consumismo y los comerciales de navidad, no me importa que tenga diferentes nombres, pero sí existe una fecha al año que nos inspire noblemente a ser mejores… creo que con eso me doy pagado.

Debo reconocer que de repente me quejo de lleno, pero alguien que se largo este año me dejo el mejor regalo de todos, espero poder hacerme cargo de él como ella lo habría hecho e hizo. Así que espero que el deseo de ese niñito de ver a su mamá se cumpla, aunque sea por un minuto, porque lo que nos hace falta en estos días, es creer… solo creer y que eso nos mueva.

Wednesday, December 10, 2008

El tiempo y su noción

Los últimos días, estado pensando en el tiempo y su propia ilusión, en un principio creo que di con la idea más común y coherente “el tiempo es una noción entropica del universo” solo lo medimos a través del cambio de sustancias y formas, nuestro propio cuerpo es una muestra de ello.
Quizás luego di con la noción “el tiempo es una ilusión, puesto siempre estamos en el presente, pasado y futuro simplemente son insertados en nuestros inconciente”, algo más radical puesto es una simple teoría conspiracional, pero siendo así Dios debe ser un tío muy aburrido, queriendo escribir las historias de cada uno de tantas formas diferentes solo por el hecho que puede hacerlo.

Aunque la última idea de tiempo es la que más me agrada y me da satisfacción, es la oportunidad, la vida como todo otro ser material esta por una posibilidad consumada en este mundo, tuvo la oportunidad de aparecer y tiene la certidumbre que desaparecerá… aunque los días sean extraños y los seres vivos aún más, creo que hay que sentirse agradecidos de tener la oportunidad de intentarlo al menos; levantarse aunque tengas las piernas rotas y caminar, de experimentar el amor y el dolor de su perdida.

El tiempo es la oportunidad de apreciarlo todo.