Un Dueto

Ella

-¿Crees que es lo correcto?- le pregunte a la Cata

-Supongo, ya no lo quieres, se nota-

-Pero si lo intentamos-

-Ya lo intentaste y no fue lo mismo-

-Pero…-

-Pero nada, ya tomaste una decisión respétela ya, te dejo me debo ir, chau!!-

-Gracias por todo, adiós-

Miré mi reloj, venía tarde, es raro él nunca se atrasa. No podía evitar estar ansiosa, lo que pasara, pasara pronto porque ya no quiero seguir en esto. No es que no me guste, simplemente ya no me siento cómoda, estoy haciendo cosas que no están acorde a mi edad, si mi mamá o mi papá lo descubren, que dirán y mis abuelos, no quiero pensar en ello.

Así a las cinco y un cuarto de la tarde, apareció por la escalera derecha del metro, venía corriendo y estúpidamente traía consigo una rosa, porqué me hacía esto quedamos que no más regalos, que pena, pero esto no puede serguir. Recordé que hace unos meses tuvimos una pelea tonta y me regalo una rosa congelada, que después quebré en el refrigerador.

Se acerco a mí, me besó,sentí mucha pena. Le tomé la muñeca y lo lleve a la plaza que estaba arriba, trate de buscar la banca más escondida, y le dije:

-Tengo algo muy importante que decirte- me tembló la voz

-¿Qué cosa?- su expresión me conmovió, dude en hacerlo, ya lo había intentado hace unas semanas, pero no me dio el valor y ahora que lo veo vuelvo a dudar, pero no estoy segura si esto sea lo mejor.

-Jesús, lo de nosotros no puede seguir, debemos dejar de vernos- lo dije tan rápido que me quede sin aire

-Pero ¿por qué?- su expresión cada vez me conmovía más, sus ojos se habían vuelto grandes y transparente. En cualquier momento se iba poner a llorar

-Porque esto no tiene sentido, ya no es lo mismo de antes- y le sonreí

-Es todo, pensé que sería diferente- me dijo mientras se echaba para atrás en la banca.

ÉL

-Es todo- cerré los ojos, suspire –así se acaba, pensé que pudo ser diferente-

-Pero…- comenzó complicarse, supongo que vio en mí un tipo a punto de quebrarse en llanto
-¿pero podemos seguir siendo amigos?-

-¿Para qué?-

-Porque igual fue lindo e importante, me gustaría que volviera a pasar-

-Eres demasiado egoísta, jugando a que te conquisten-

-No es eso, es para que duela menos-

-Al único que le duele es a mí- bajé la cabeza y me indiqué con el pulgar –para ti será fácil, porque tu llevas terminando esto desde hace tiempo y llevaba una imperiosa lucha por salvar, por lo que en un momento creí que era de nosotros-

-No fue así- y se puso a llorar, supongo que ese es uno de mis defectos, quebrarme con otro al lado, entonces yo también me rompí en llanto. Mientras nos mirábamos y veíamos lo feo que estábamos, recordé que no teníamos pañuelos.

Dejamos pasar unos minutos, cuando el llanto ceso un poco y sorbeteamos los mocos, dijo:

-No es que no te quiera, es que el cariño cambio-

-Hipócrita- aquí viene la bajeza del genero –yo te amo, decidí hacerlo, tú simplemente preferiste calentarte con otro. Creeme que realmente lo intente, pero gracias a ti me doy cuenta que siempre me enamoro de puras perras, yo creí que cuando te diste a mí fue importante-

La miré con todo el odio que ameritaba esa situación y tuvimos otra situación de llanto desconsolado. Me alegro esta vez no hacer dueto.

-No es así, esto lo hago por mí, yo necesito estar sola, para aclararme-

-Dime ¿no hay otro?- ella miro de reojo a su izquierda y me respondió:

-No, no hay otro. Solo somos nosotros dos, no es como en tu última relación. Eras todo para mí, te amaba y lo hice con todo, tenía tanto que darte, pero la cosa cambió, ahora prefiero priorizar mis estudios, quiero estar sola mucho tiempo-

-Eso me tranquiliza- aún así en ese momento había algo que me dejaba inquieto.

Quizá fue un silencio muy largo, comencé un ataque de reconquista. Quise llorar en su hombro, pero mientras el llanto se me pasaba, comenzaba a seducirla, mordiéndole el cuello; sin importar nada ni el decoro (actos desesperados) jugué con sus pechos a vista y asombro de todas las personas de la plaza. Fue cediendo, me agradaba saber que aunque ya ha pasado el “amor” podía seguir tratando de hacerla mía, al parecer en ese momento cada beso fue mas excitante que ningún otro del año que compartimos, mi plan iba lo suficientemente bien, ella realmente estaba dominada por esa pasión loca que siempre fue nuestro mayor secreto.

Pero cuando mi mano se metió entre sus piernas y llego a sus labios, sus ojos volvieron a cambiar, mientras más se entregaba, más pena demostraba. Cuando esa banca en la plaza, iba ser testigo de un resurgimiento, se detuvo y dijo:

-Estoy con la regla, te voy a manchar entero- la miré con cara de asombro, ella siempre había tratado de ser señorita y me escupe eso así como así.

Hasta ese día recuerdo que había podido sobreponerme a cualquier instancia y mis pasiones siempre seguían su marcha, pero ese día descubrí que hasta yo tenía ciertos límites que no quería cruzar.

Ella

No se me ocurrió decirle nada más, pensé que si la cosa se seguía complicando y llegaba a pasar esta relación se transformaría en eso y no podría librarme justamente de lo que más me tortura.

-Mejor que nos vayamos- le dije mientras me frotaba los ojos

-Bueno- me respondió un poco asqueado, no era para menos, en el rato que estuvimos su mirada había tenido tantas variaciones y ahora tenía una mirada vacía.

No sé que cara tendré, pero me ha evadido desde que subimos al metro, extrañaba en ese instante sus abrazos y su cariño, pero no me atrevía a darle un abrazo o algo, no sabía como reacionaría.

Cuando llegamos a Baquedano, me siguió hasta el andén. Nos miramos y entonces lo besé. No sé porque lo hice, pero lo hice, sentía que besaba a un amigo que se iba a un largo viaje.

ÉL

Y Ahora me esta besando, quien la entiende: Vine todo el camino pensando que le podía decir, ahora me sale con esto.

Empecé abrazarla y por ese instante, solo deseé que no acabara. No quería dejarla, sabía que estaba besando a mi futura enemiga, sabía que hiciera lo que hiciera, esto no terminaba precisamente acá.

Entonces quise decir algo.

Ella

-No te vayas- ¿por qué me hace esto? Ya para mí esto es muy difícil y él me lo complica más, entonces le respondí

-Ya lo conversamos, por ahora no, quizás en un futuro- miré sus ojos, que llenaron de un pequeño brillo. Quizás habría podido quebrarme la moral, pero con eso el se quedaría callado, y yo tendría el tiempo de aclararme. Me habría gustado decirle la verdad, pero no quería ser como su última pareja. Pero me martirizaría y hablaría pestes de mí, lo amé, pero ahora no estoy segura de nada y sola quizás pueda saber que me pasa.

Fin

Así él espero hasta que el vagón donde ella se iba se perdiera en la oscuridad del túnel, tomó su celular, llamó a su mejor amigo y le dijo estoy mal necesito hablar.

Ella miró como él se quedo en el andén y se quedaba atrás, como lo hacía en su vida, sacó su celular y llamo a la causa de su confusión y le dijo me siento mal necesito hablar.

“No temo de lo que digas o pienses, sino todo lo que destruyes”

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Como he dicho, cuando esta listo, simplemente lo sabe.
Ahora se que cuando lo estas se substancia en hechos concretos, por ejemplo para mí es este cuento.
Gran valor a la gente que estuvo en ese momento, que se que ha estado ahi siempre, cuando me rio o cuando lloro... siempre...

Considero que la vida es un ciclo de eventos, que siempre vuelven a ti, de una u otra manera, la idea levantarse y tratar de romper la perpetuidad.


La frase del final es cortecia de la alastor, se le agradece.


Hasta pronto

pd: Destrocen este texto, ambos lo disfrutaremos.