Creyendo

¿Acaso creemos para nosotros?

He estado pensando lo inútil, pero practica, que es la fe, un estado de conciencia donde postergamos gran parte de nosotros a un futuro incierto, que creemos que será mejor, aún así normalmente sabemos que eso a pesar de todos nuestros ruegos, plegarias y luchas, no podrá ser así.

A veces amamos y nos sentimos felices, en otras instancias aprendemos a odiar y eso nos place, aunque la dilación de estas pasiones no son antagónicas sino complementarias, porque son la tonalidad de una misma cosa. En cambio la indeferencia es su contrapartida.

Pero para no alejarme tanto del tema, haré la relación, nuestra fe es necesaria cuando estamos mal, pero realmente ¿cuándo es eso?, asumimos las cosas malas cuando nos dañan, pero el dolor es necesario para seguir creciendo, tanto en el amor o en el odio, solo en la indiferencia es un dolor distinto que más bien sería una carencia. Pensamos en recuperarnos en un futuro, razonamos nuestros actos y consideramos elegir la mejor opción dentro de todas la gama de posibilidades que hay para ese movimiento, sostenemos que por “fe” esa jugada tendrá los efectos queridos, pero que pasa cuando es la mejor opción pero no el mejor movimiento, la paradoja de estos eventos solo nos suele confundir al momento de pensar que debemos hacer.

Hace algunos días volví hablar con una persona que significo mucho en la edificación de mi yo, pensé que nunca más volvería hablar con ella, pero las cosas se dieron así, se que todo esto se debió a mi llamada, pero dentro de los últimos 5 años nunca acepto ninguna de mis llamadas y desde entonces no escuchaba su risa. Pero ahora se comporto completamente distinta, al fin dejo que me acercara. Durante el tiempo que la amé sufrí su indeferencia y le correspondí con mi odio más neto, jamás tuve fe que eso se fuera arreglar cuando nos distanciamos sentí que ese era el final. Por eso la euforia que sentí cuando acepto mi llamada fue muy fuerte, quizás nada me habría preparado para eso. Pero el hecho de haber tenido fe, sé que habría tenido un desenlace completamente distinto, porque no me habría dejado crecer, el sueño a lo futuro castra el presente y no deja que logremos crecer de la mejor forma que es dejar el pasado en el ayer.

Es un dolor horrible, seguramente la mejor metáfora para describir ese dolor es imaginar que algo se adhiere a tu alma y que lo desprenden con un trozo importante de ella. Pero tenemos que ser sinceros si no dejáramos que se adhiera a nosotros no podríamos sentir la propiedad de los sentimientos. Así si la gente tiene fe y crea expectativas, seguramente todos imaginamos a Dios como un ser único y espectacular, pero quien nos dice que es un ornitorrinco o una ameba gigante, la expectativas nos destruyen la vida.

Sé que a lo mejor cometo el error de tratar la fe y las expectativas como una misma cosa, no negare que la fe como esperanza nos deja seguir creciendo, nos hace buscar y lograr conciliar un poco más de felicidad. Pero lo que entiendo de las personas es que su manía por proyectarse por la fe, insisten en pedirle a Dios una solución siendo que cada uno puede dársela solo, así poder suplir la falta de poder que tenemos para corregir la conducta de otros.

Todo elemento en la vida ocupado inteligentemente nos puede entregar provechos, el problema es el abuso y las limitaciones, por eso reclamo que la fe no es para nosotros, es para el resto es una constante expectativa que justificada en un ser superior nos permite aceptar para otros lo que es nuestra carencia, en vez de corregirla y continuar avanzando.

Sé que hay gente invierte su fe en si mismos, a esos tipos yo los admiro, pues crean toda la humanidad al interior de sus pequeños cuerpos, alcanzado un grado de felicidad superior al de una persona que siempre esta pendiendo del resto de las personas, ya que estos hombres son capaces de ser felices por ellos mismo, sin esperar nada de nadie y entender, aceptar, sentir y comprender por ellos y hacia ellos el resto del mundo, sin exigir nada a cambio.

Esta idea después de 5 años se elaboro en mi cabeza, no digo que seamos desesperanzados, pero debemos dejar de esperar y solo vivir un poco más, disfrutar el día y considerar que a pesar de todas las desgracias existentes, nosotros tenemos el poder de soslayar esos problemas personales y entender que si no le puedes dar solución no es tu problema, tampoco debes esperar o rezar para corregirlo, solo debes aceptar y seguir viviendo.

Así creo que deberemos creer en nosotros, luego en el resto y luego en algo más. Sin esperar respuesta de eso si quiera.