Al principio solo estaba Dios, pero ni él sabía que lo era. En cada uno de sus pensamientos nacían y morían millones de estrellas.
El no sabía que hacía en la nada, cada vez que trata de remediarlo se deprimía. No sabía como solucionar su problema.
¿Quien era? ¿Por qué era tan desgraciado de estar sumido en la oscuridad? ¿Por qué era uno solo? Todos los días; claro si se hubieran inventado; se preguntaba eso.
Así que se transformo en un átomo, se dio cuenta que se podía dividir. En ensayo y error aprendió que no debía hacerlo. Luego se transformo en algo más oscuro de lo que estaba, una materia tan densa que se distinguía como una oscuridad sumergida en otra.
Luego siguió reduciéndose, siguió y siguió… lo consiguió. Aprendió a crear cosas. Consiguió conservar lo que en su mente se proyectaba, una luz inmensa y progenitora; un ruido ensordecedor.
Así se transformo en una nebulosa extraña, de deseos poderosos y chas… una gran explosión… dentro de la oscuridad comenzó a expandirse una luz.
En el segundo, segundo de todo. Vuelve a su forma de razonamiento.
Llevaba tanto tiempo solo, que ya tenía su propia lengua. Empezó a darle nombre a las cosas, solo por ocio, solo por poder.
Después que le puso nombre a todo, se sentó en una luna… suspiro y se pregunto ¿Y ahora qué?... seguía desesperado y aburrido.
Vago por el espacio, dudoso y poderoso. Podía jactarse (si es que hubiera alguien) que lo había hecho todo.
En una de esas largas caminatas, que terminaban en la onda expansiva de sí mismo. Volvía a su centro y el centro de todo.
En un momento estaba, para variar, aburrido y desolado. Que decidió darse forma, la primera que opto fue la de una cosa con cabeza con tentáculos y un cuerpo grande como un lagarto, pero se dijo que era algo incomodo. Así que decidió por una forma que pudiera sentir y algo más cómoda, así que se creo unos brazos con manos con pulgares que le sirvieran de tenaza y un par de piernas, para sentir por donde avanzaba. Un rostro sin rasgo alguno.
Se sintió conforme, el cuerpo que habitaba, ahora tenía una nueva habilidad, era concreto y no la nebulosa de la cual había sido en un principio.
Pasaron miles de millones de ciclos expansivos, de su propia explosión. En esas largas caminatas que daba por su propio universo, se topo con algo sorprendente. Una minúscula partícula de vida, la tomo con la mano y la observo asombrado. Se pregunto ¿Quién era? Sabía como se había producido, pero como y porque había llegado a una luna. Era un ser unicelular, nada más.
Pero estaba vivo, eso le permitía tener desarrollo. Se compadeció del pobrecillo ser, lo dejo en un planeta distante. Mientras cruzaba el cosmos como un cometa, no pudo evitar sentirse identificado con el “ser”.
Al llegar al planeta lo dejo, en un mar. Espero pacientemente hasta que fueran varios seres; no estaba claro, pero sabía que multiplicaría tarde o temprano.
Cuando fueron varios, los tomo y comenzó a dejarlos en diferentes planetas. En el transcurso de sus viajes, consiguió olvidarse de sí mismo.
Todo de pronto tenía un sentido ulterior, cuidar y cultivar la vida en el universo. Vio como se desarrollaban estos seres en los distintos planetas. En uno vio como se llenaban de peces y otro se poblaba de árboles, uno de pequeños animales.
Pasaron los años, le llamo la atención que algunos animales habían desarrollado la capacidad de verlo. El en forma de gratitud, por la compañía le favorecía con pequeños favores y le entregaba la comida más fácil, pero eso los volvía cómodos, eran presa fácil para otros animales.
Así que solo se limito a observar durante mucho tiempo, hasta que en un planeta, ubicado en el tercer lugar de un sol amarillo, de una galaxia distante del centro del todo. Fue en ese lugar que se desarrollo un animal diferente, un animal muy parecido a la forma que había adoptado. Excepto que era más peludo y pequeño, pero caminaba en dos patas y caminaba erguido, casi orgulloso.
Noto que a pesar que eran seres débiles desarrollaron herramientas que los compensaran; así que después de mucho meditarlo decidió interceder a su favor. La curiosidad realmente lo tenía loco. Ayudo a su evolución, redujo sus tiempos para avanzar.
Aunque solo tiro la primera piedra, porque aquel mono que después de unos años se autodenomino como humano, cada vez que lograba una invención lograba un desarrollo exponencial.
Le llamo la atención que una vez que comenzó a pensar su pregunta era la misma que la suya, ¿Qué hago acá?. Solo por ese detalle, esta raza le cayó en su total gracia.
Le parecía graciosa su cultura, que explicaba el universo de forma muy pueril en su inicio, luego con el desarrollo de la ciencia se acercaban más a una verdad. Cada vez la respuesta era más compleja y más acertada a la necesidad del ser primigenio del universo.
En el transcurso de la historia de estos humanos, él apareció para poder guiarlos en algunas cosas y así lo bautizaron como Dios, le pareció curioso, ya que cuando era el único ser del universo, no necesitaba un nombre, pero ahora no estaba solo. Habían seres concientes a diferencia de los animales que solían acompañarlo.
De esta forma se desarrollo un crecimiento mutuo, entre Dios y los hombres. En esa dinámica pasaron un pocos miles de años.
Dios, se pregunto sí los hombres mueren ¿Yo también podré morir?. Como el único ser de su clase en el universo, no tenía a quien preguntarle. Se sentía solo otra vez.
Aunque la compañía de los hombres aligeraba su dolor, no sabía que iba a ser de él. Se sentía hipócrita cada vez que guiaba a un hombre desorientado, pero la respuesta que entregaba le daba paz.
Llego un día del año 2010. Finalmente la ciencia les había dado la herramienta a los hombres para poder entender el origen del universo. Dios miraba ansioso, finalmente el hombre era la clave de su existencia, ellos le darían la clave para entenderse.
Así los hombres activaron un acelerador de partículas que reprodujo, la explosión original. En un ambiente controlado, veían como se desarrollaba la explosión. El en segundo, segundo ven una especie de nebulosa emitiendo sonidos extraños. Pero Dios entendía lo que decía y todo el espacio retumbo en una carcajada (solo unos pocos animales supieron escuchar eso, claro que el hombre ni se dio cuenta), Dios después de ver eso sonrió y siguió su camino otra vez.
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Bien bien, de la otra idea ni luces que mi cabeza se ponga a trabajar... por mientras un texto algo existencial
Esto del cambio de U me tiene algo perdido y desorientado
Hasta pronto
pd: dejen algun comentario
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4 comments:
ehm cuek!
te veo en la U
xau
Qué nindo!^^
Me gustó. Es como un libro que tuve alguna vez; se llamaba "La biblia contada para los niños" o algo así.
Házte el cómic ;)
Saludos!
JA
me gusto mucho el final, dios en recursividad XD.
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