El nacimiento de la idea

Se balanceaba lentamente en el fondo del bote, observaba fijamente el cielo. Guardaba silencio, como no lo había hecho en años, hasta él le asustaba la locura de la soledad.

El viento lo arrastraba por un mar de incertidumbres y ante un cielo sin vida; el sol tomaba el mar simple presencia; el bote solo lo quería vomitar.

Indico el horizonte y desafió al creador, diciendo:

“No eres nadie para limitar mi crecer, me revelo, ya que soy tu mejor creación. Nada de esta inmensidad puede limitar mi avanzar.

Me levanto siempre que me hechas abajo y he seguido aun cuando me arrebatas lo que amo.

Tú eres un sádico poniéndome a prueba cada vez que se te da la gana, me has puesto como topé mi muerte, pero aunque desaparezca te demostraré que no me iré, ni largare.

Encontraré la forma de salir de acá y dejar ser tan efímero, tan insustancial, como tu vil obrar.”

El cielo se entremezclo, en colores rojizos y angustias amarillentas. Estremecieron al boté y el mar hirvió en sangre. El desastre sería de proporciones bíblicas, más que eso sabría que saldría sin vida de esta, justo como sus hermanos. Sentía el anhelo de haber querido vivir más, de haber disfrutado y agotado posibilidades.

La tormenta y la ira del todo se calmó, su bote había soportado y él al fin había dado con el horizonte, resumido como una boca.

Victorioso salto a la lengua y dijo:

“Estoy aquí como todos los días reconstruyéndome y superando cada miedo que poseo. Amigos no es el momento de creer que al parecer imposible lo sea, estamos en las puertas de la creación post-humana, donde nuestros valores e ideales deben levantarse sobre la tormenta como el naufrago que no pierde la fe.

Somos personas, no dígitos, no abandonemos nuestro legado.

Debemos y tenemos que ser más que todos los buenos deseos de nuestra vida, a veces más que por nosotros, es la Vida la que debemos cuidar. No destruyendo nuestro planeta que sirve de cuna para nosotros, sino cultivándolo el amor, pues solo las bestias no aman, por odiarse a sí mismos. Así los llamo abandonar la viejas ambiciones y envidias de algunos, es hora de ser hombres y más hombres que nunca, que el supra-hombre sea la humanidad en sí. Es hora de sentir un poco más de lo que pensamos.

Gracias”

La idea muere en la boca,

Como los hombres en cada idea que tienen

No debemos dejar de pensar, ni limitarnos por el miedo.

Pues imposible solo lo es mientras no hagamos nada por ello.

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Holas!!

un wen tiempo sin aparecerce, texto inspirado en la posibilidad de mejorar todo. De dejar atras nuestra carencia y buscar la construccion de yo, saber que cuidar la vida, no por sobrevalorarla, sino para dar la posibilidad de continuar creciencido como especie.



El camino es nebuloso y difuso, pero se puede seguir.

Sería hasta pronto

"pensamos mucho y sentimos muy poco"

pd: el texto esta inspirado en otro discurso, crei que seria sano rescatar el mensaje