Aquel día tuve que trabajar en de garzón, en una comida anual que hace una metalurgia; la gente de empresa, personas modestas y se le notaba en los cuerpos el esfuerzo de todos los días.
Cuando comenzamos a despachar los platos con carne a las mesas, era un buffet de carne exquisito. Luego tiramos el vino y las ensaladas, un caos realmente, el orden para servir como nunca se complico, pero estas personas ni siquiera lo notaron.
Comieron muy rápido, así que en 20 minutos ya casi todos habían abandonado el salón, para ir hacer otras actividades.
Así que recoger los platos fue una tarea fácil, todo era muy normal hasta que llegue a la 4ª mesa, solo quedaba una persona sentada, tenía la copa de vino llena y el plato atiborrado de carne, se notaba que no había tocado ni bocado. Le pregunte si le retiraba y me dijo:
-Sí y muchas gracias por todo, me he sentido muy bien- tomé el plato y lo puse en mi bandeja, él seguía sentado y no se movía
-Si quiere puedo pedir en la cocina que le calienten la carne, si no quiere comerla fría-
-No es eso, pero muchas gracias señor-
-¿entonces? ¿no le gusta la carne?-
-Tampoco es eso-
-bueno, me retiro- cuando le di la espalda se paro y se acerco y muy despacio dijo “hoy quería darme un lujo”. Me di vuelto y ví como estaba vestido, ropa muy gastada y en ese momento entendí que para el todo esto fue perfecto.
Cuando comenzamos a despachar los platos con carne a las mesas, era un buffet de carne exquisito. Luego tiramos el vino y las ensaladas, un caos realmente, el orden para servir como nunca se complico, pero estas personas ni siquiera lo notaron.
Comieron muy rápido, así que en 20 minutos ya casi todos habían abandonado el salón, para ir hacer otras actividades.
Así que recoger los platos fue una tarea fácil, todo era muy normal hasta que llegue a la 4ª mesa, solo quedaba una persona sentada, tenía la copa de vino llena y el plato atiborrado de carne, se notaba que no había tocado ni bocado. Le pregunte si le retiraba y me dijo:
-Sí y muchas gracias por todo, me he sentido muy bien- tomé el plato y lo puse en mi bandeja, él seguía sentado y no se movía
-Si quiere puedo pedir en la cocina que le calienten la carne, si no quiere comerla fría-
-No es eso, pero muchas gracias señor-
-¿entonces? ¿no le gusta la carne?-
-Tampoco es eso-
-bueno, me retiro- cuando le di la espalda se paro y se acerco y muy despacio dijo “hoy quería darme un lujo”. Me di vuelto y ví como estaba vestido, ropa muy gastada y en ese momento entendí que para el todo esto fue perfecto.
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Hoy camine desde la Reina hasta el centro y creanme es mucho, pero valio la pena.
Deseo poder retratar el olvido en 100 palabras, luego esperar 100 años y resignarme en un segundo... porque el sufrimiento nace en la negación de la realidad.
Hoy se despide el olvido de alguien olvidado
3 comments:
Te lo he dicho como mil veces(?!!) escribes muy bien. Claro que de comida ya no quiero saber nada, pero eso ya es cuento mio y de mi panza ... Y con respecto al olvido, mándeme su retrato si logra capturarlo. Quiero conocer al infeliz...
En fin...
pd: vigíleme más los acentos, se lo pido como obsesión personal =)
Hola Felipe ... que triste tu cuento :S ... pobrecito, me dio pena, puesto que quería sentir lo que era ser atendido y tratado como un gran señor ... pero igual debería haberse comido el plato ...
Saludos Cony.
p.d: ya no me da cosa dejar comentario :P
Que lindo blog..
Saludos
Caro
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