Friday, September 22, 2006

Tipos de Caidas


Estire los brazos, sentía como la brisa del mar subía hasta mis labios, mi cabello revoloteaba con el viento. Una sonrisa melancólica se dibujaba en mi rostro, cerré los ojos y di un paso adelante, imagine que tenía alas, imagine que era una gaviota, imagine que no moriría, pero la aceleración de mi cuerpo era constante, el primer golpe me lo dio el viento, el segundo las rocas, el tercero el mar, el cuarto la nubes y el quinto Dios.

Así fue que llegue a ser una estatua de sal, por no ver lo evidente y creer que el mar me elevaría sin dolor hasta donde llegue por necedad.

Quizás esta historia no conmueve a nadie, tampoco a mi, quizás no salté de verdad, por eso estoy escribiendo ahora, aunque es el epitafio de una tumba olvidada en la montaña que es lo que inspiro a saltar a los brazos del salado.

La caída no fue mía, sino tuya, que caes ahora mismo en el tiempo, pero horizontalmente, actuando sobre ti otra fuerza de incalculable poder, que es la gravedad lateral, fuerza inventada por los seres laterales de la humanidad, cosas que viven a la derecha de las murallas, pero al morir caen verticalmente, si fuéramos como derechistas quizás viviríamos mareados viendo la gente caer hacia abajo, siendo que realmente deberíamos caer para al lado.

Sigo pensando en los precipicios que no tienen un grato final, quizás mi relato sería coherente si me salvara, espera puede hacerlo.

Entonces sentí que di un paso en falso y comencé a caer, con los ojos abiertos, tan rápido que no alcance a temer, por suerte había una raíz de la cual me agarre con fuerza, mi brazo se safo y las solte, pero amortiguo la caída, pero aún no tocaba piso, algo más podía hacer, vi una plataforma de la cual trate de agarrarme, pero solo logré resbalarme hasta el final del precipicio, cuando a traveseé el agua, vote el aire de mis pulmones, ahí es cuando sucedió lo extraño, entre cientos de cangrejos me subieron a la superficie y una gran gaviota me tomo y me llevo hasta la orilla, la bautice Juan, mi salvador.

Quizás así tenga más sentido el hecho de seguir acá, no hay luchar cierto, yo no luche por mi vida, sino simplemente me puse en casos de aceptación y resignación, donde en el primero me resigne a vivir y en el segundo acepte mi vida y acepte protegerla a través de mi voluntad, el preciado don de pensar y determinar todos nuestros actos.

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El olor a suicidio me rodea estos días y la apestosa ilusión del amor me persigue, fecha del año donde más aprecio mi soledad y mi persona, recuerdo con cariño mis momentos de compañía, pero nunca fueron tan fructiferos o gratos como cuando me encuentro solo en mi habitación mirando la luz azul de la radio. Aunque mi ser humano quiere algo que mi soledad no le podrá entregar, pero siempre dije que era diferente les demostrare que tan solo es un cambio hormonal, eso es su querido amor, una vez muertos sin productos quimicos que los alteren se daran por entendidos que todo fue una justificación a la debilidad humana, algo llamado la humanidad.

Hasta pronto

1 comment:

Anonymous said...

Sabes, no hay nada mejor que tener sexo causal con gente desconocida la cual no tienes ninguna forma de relación.
Estos dias me siento como un hombre.
y ten cuidado con los olores del suicidio, la muerte es tabu, el suicidio lo es mucho mas aunque algunas veces circule por nuestras mentes o empecemos a autodestruirnos de distintas formas, yase a flagelandonos con elementos corto punzantes, con drogas, con alkohol, depramavación, etc.

besos y cuidese.