Wednesday, September 13, 2006

Artefactos etéreos


La mesa era más alta de lo normal y no quedaba otra que infligir la norma de carreño.
El moca me supo a leche con chocolate y quise agitar mis piernas en el aire, pero el cielo octagonal que me dibujaba en el techo me recordaba mi barba y mis ojos cansados.

Ya sabía que ella estaba agotada, miraba sus ojos que devorarían galaxia entera y sus ojeras nebulosas me recodaban lo pequeño y desdichado que era plutón, ya que solo en la fracción de sus ojos había más elementos para hacer millones de planetas que aquel trozo de hielo.

Su silencio retrataba sus lagrimas secas (seguramente horas antes eran ríos enormes que se desprendían de su humanidad) y en esa sonrisa que me recordaba lo admirable que es esa mujer.
Ayer cuando la llamé y me disfrazo su llanto de alergia o resfrió, algo en mí se agitó; extendió sus alas y empezó a correr; quizás la negación de nuestra naturaleza inhumana, algo altruista que pensé ya no tenía.
Seguí la ruta de sus ríos secos, traté de comprender su dolor desde mi óptica confundida y perdida, así de esa forma trate de jugarle una broma mientras comía su chocolate, solo por el placer de verla sonreír.

De vez en cuando miraba la hora, aún faltaba para que comenzara la película, el cine estaba relativamente vació y ella tenía que hacer una llamada. Mientras ella fue al teléfono que se estaba en la entrada, yo saqué de mi bolsillo una cajetilla de cigarros que contenía 2 mariposas blancas y un frasco que encerraba 3 colores. Al regresar le expliqué que eran estos artefactos y se conmovió con mi historia así que opto por conservarlos.
Así le dije que cuando ella se marcho no necesite crear ningún artilugio, luego callé y me fui pensando mientras caminábamos a la sala, me preguntaba si ella era capaz de leer en mis ojos lo que ella había robado de mí, ella fue la primera persona que atravesó mi alma y saco un trozo de ella, entre sus manos ese incompleto emprendió vuelo, como nunca supe que había sido exactamente lo que saco, entonces comencé a crear diferentes artilugios para poder completarme. Aunque está habilidad solo quedaba en la creatividad e inteligencia, ya que sé que el material que necesito para poder crear el mapa de búsqueda es aquella sonrisa grabada en su rostro, pero no sería capaz de arrebatársela, quizás creo un artilugio que comprenda ese cosmos caótico que veo cada vez que ella pierde su mirada, aparte no sería tan egoísta como para arrebatarle algo por mi propia felicidad (aún así no estoy seguro que eso me provocaría felicidad), por eso que todo lo incomprensible siga en ella y sé que tarde o temprano daré con aquel trozo de mi que vaga en los vientos.

Cuando estábamos sentados, te escuché preguntar en que pensaba y yo susurré con una sonrisa cómplice en el vació, en el vació.
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Para comprender que la nubes avanzan hay detenerse a ver. Así cuando no puedes ver, empieza a escuchar. Cuando ya no estes, tendrás todo lo que fue en ti, por eso fue valioso.
Se despide la billetera vacia de Felipe Burgos

4 comments:

frodita said...

hola billetera vacia de Felipe


si, podria haberselo pedido a Torres, como le dices tu, ¿pero para que? era mas simple pasar por tu blog

El Señor de los Caballos said...

Se nota que te hace feliz
Saludos
El Señor de los Caballos

DupiN said...

un artefacto que me regalo el destino


me obliga a ver como evito hacerlo

Anonymous said...

Si tus lentes están rotos, ves las cosas de forma distorsionada, aprovecha la "sensación" del artefacto. Me gusto la historia, huele a frutillas picantes, con algo de mostaza....... Salutes!

CJ