Monday, February 25, 2008

El pequeño gigante

El baño estaba lleno de anti-depresivos, tantas pastillas que siempre trataban de animarlo a vivir un día más.

Más de una vez estuvo en el borde, a pasos o a un gatillo de largarse de todo.

Su soledad era impenetrable y en su pequeño departamento estaba demasiado cerca de él. Cada día que pasaba sin que sonará su teléfono, solo lo deprimían más; la televisión le refregaba en la cara que había gente más linda y perfecta, que tenían derechos de ser amados por ser más bellos (que accidente tan perfecto).

Siempre buscaba compañía pero le quedaba pequeña, tuvo un gato y una noche salió, y ya no volvió; tuvo cactus y una infinidad de bonsáis que le permitían gastar su tiempo siendo de ayuda de alguien.

Era un hombre triste y pequeño, era algo de nada y por eso nadie lo veía. Las personas solemos olvidar lo esencial, no dar la oportunidad de estar en un mundo más grato, del que solemos construir.

Su profesión de dentista le permitía hablar mucho, pero escuchar bien poco. Su terror no fundando al mundo, le dificultaba salir a encontrarse con el mundo.

Los años pasaban y pasaban, nada le dejaban en su retina. Pensaba que si le dejarán recuerdos malos por último, pero nada había.

Así llego un día que comenzó a sentirse algo extraño, era una molestia en su pecho. Fue al médico para salir de dudas.

-Hace una semana que siento el pecho algo estrecho, como si mi corazón chocara contra mis costillas-

-No es nada grave, pero tampoco algo común, parece que esta creciendo eso es todo- el médico se saco los lentes y los limpio-le daré una licencia para que descanse-

-¿Cómo es posible? Tengo 42 años-

-No se preocupe, es cambio de metabolismo, descanse y venga en una semana y veremos como evoluciona-

Aprovechando su tiempo libre, tomó sus bonsáis y cactus y los plantó en un bosque cerca de la ciudad. Sentía que era el momento que ellos estuvieran con los suyos.

Esa tarde cuando volvió a su departamento se sintió una extraña sensación de satisfacción y se quedo dormido en su sofá.

En unas pocas horas su corazón comenzó a crecer, empezó de a poco a hacer un ruido estrepitoso, al principio se sentía como un pequeño aplauso, al día siguiente como un tamborcillo y el día siguiente ya era tan fuerte que tenía a todos sus vecinos pidiéndole que se callara, pero él no despertaba. Curioso que en un edificio tan pequeño, siempre estuvo tan solo. Nadie era capaz de mirarle la cara, tal era el problema de eso que solo el conserje sabía que vivía ahí, así que lo llamaron para que abriera la puerta.

Desde el sofá escuchó la llave como trataba de abrir la cerradura, se levantó de un salto y se echó a correr. Salió por la puerta, mientras cada vez que daba un paso sentía como iba creciendo, como su ropa se iba volviendo tiras. Un extraño pelaje le cubría el cuerpo. Aunque lo notó no lo cuestiono. Siguió corriendo y de pronto las voces humanas se volvieron una especie de rugido in entendible para sus oídos.

Aún así no se detuvo, cuando llego a su bosque cayó rendido sobre un montón de hojas.

Despertó tres días después sin recordar casi nada de su vida humana, como si nada le fuera lo suficientemente importante para retenerlo. Esa vida no le era suya, así que la abandono en las marcas que dejo grabadas en el sofá.



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Entrada número cien.

Cuento que se me ocurrió en un tiempo muy remoto, lo volví a escribir, porque perdí el original... así como pierdes eso, terminas perdiendo tantos originales que ni nos damos cuenta cuando estamos reescribiendo para identificarnos...


Hasta pronto

9 comments:

Anonymous said...

hola.
q tienes imaginación
me gustó el cuento y esta parté "cuando llego a su bosque" más aún :P

eso. q estes bien

Talina said...

Hola, es lindo el final del cuento, lo encontre fuera de la común :P , que estes bien.

Sweet carolain said...

HOlaa, gracias por pasarte por mis blogs!!, pasate por dulce de leche que tengo algo para vos, besos carolainda!

Anonymous said...

como k en ese tiempo kafka te habia pegado fuerte...

me gusto lainfluencia k se deja transmitir pero no lo suficiente para ser un copy paste,

felipe cada dia evolucionando kizas donde termines y en k especie...

Anonymous said...

Y el personajillo, en cierto modo, te representa a ti?

DupiN said...

una parte


pero siempre escribo para alejarme de lo que quisiera ser...

otra parte son personajes muy tristes, de cuando trabaje de nochero en un edifcio se termino de pulir la idea


ahora bien, tu quien eres?

Anonymous said...

era yo, lo siento, flojera de logearme

Mayfair said...

Muy bueno!
Seguramente se va a sentir mucho más libre y cómodo en el bosque que en esta sociedad.
A veces me siento como ese hombre, aunque la transformación no sucedió... todavía.
Un beso!

N. said...

Me gustó. Y me da esperanzas para creer que en la vida real las correcciones se dan de esa manera tan espontánea, así, aunque sea a los cuarenta y tantos, si voy por el camino equivocado puedo retomar el rumbo =)
Saludos!