La miré desde la puerta, mientras me cruzaba de brazos. Sobre su escritorio estaban todas las fotos de la familia, algunas tan viejas que eran de cartón.
Sus ojos llenos de lágrimas las repasaban, pensé en decir nada, pero no se me ocurrió nada y tampoco se me tendría que haber ocurrido algo, el silencio es preciso e ideal para esos momentos.
Tomé a mi hermana que se había quedado dormida en el piso y le pregunte a mí hermano que estaba sentado en un sofá al lado de la mesa:
-¿Te vas a la cama o te quedas con la mamá?-
-Me quedaré un rato-
-Entonces acuesto a la niña y bajo- no respondió solo volvió la mirada sobre nuestra madre.
Cuando subía la escalera, veía el mechón rubio de mi hermana cubrirle la mitad del rostro, no pude evitar suspirar y decirme que realmente es muy linda.
Somos tres hermanos, nos llevamos por mucha edad, no puedo negar que me asusta alejarme de ellos. Al final ellos dos, son mi familia. Aunque mi madre tiene complicaciones en su vida, siempre ha tratado de actuar de la mejor forma, pero como todos se equivoca (lo único bueno de ser el mayor, es que pulí el camino para que estos enanos no lo pasen tan mal).
Acosté a
Antes de bajar me senté en la escalera, me puse a pensar que era difícil tratar de ser padre sustituto, sé que no es culpa de mi madre estar sola. Pero tengo 23 años y tengo ya dos hijos a mi lomo, si ella se siente sola, yo me siento mucho más limitado. Me alegaría que crecieran más rápido, pero tampoco los quiero perder de cómo están.
Que es confuso esto, definitivamente mi vida era más fácil cuando todo comprendía absolutos y los matices eran simplemente negaciones.
Volví al comedor, me quede en la puerta nuevamente. Mi madre, como era de costumbre, sucumbió al llanto. Yo solo pude bajar la cara decidirme a comerme el coraje, como siempre lo hago, porque realmente cuando debo decir algo importante nunca lo hago.
-¿Quién es ella?- pregunto mi hermanito
-Soy yo ¿No era linda?- le respondió secándose las lágrimas
-Aún eres linda mamá- yo me quede mirando como a mi madre le cambiaba la expresión, sentí después de mucho el alivio de sentir un compañero.
Uno nunca sabe, pero son grandes y cuando menos te lo esperas dicen las palabras que están a su altura.
Creo que los cuatro desde momentos como esos, crecemos más sanamente.
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Antes que se acabe el 29, que es el día de regalo que se tiene este mes.
Saludos, que esten muy bien
adios