Monday, March 24, 2008

Azufre cap.3

Culpa incompleta


Esta semana fue horrible. No hubo día que no llegara tarde a la pega, el olor a ron se me podía sentir a cuadras de distancia y volví a golpear a mi secretaría (que mierda) esta realmente me agradaba.

Desde la última noche que lo vi, solo he tenido pesadillas y lo que duermo es por estar ebrio.

Así es la vida de alguien que tiene deudas, de los pobretones de la masa, trabajamos solo para cubrir los intereses. Aunque te esfuerces, sabes que estas cagado hasta el cogote y solo te alcanza para nada.

-Señor-

-¿Si?- miré a la nueva secretaria con desprecio. Pienso “no sabe tocar las puertas o eso no se lo enseñaran en el instituto”

-Lo vienen a ver-

-Apúrate ¿quién?- su cara de puta barata me hostiga

-Un párroco-

-Dile que no tengo limosna. La próxima vez toca la puerta- me doy media vuelta-¡Vete!-

Miré por la ventana y veo como la gente corre en sus miserables vidas, tratando de alcanzar algo de satisfacción. Creando oportunidades, donde solo debe haber resignación.

Estamos a finales de mes, los plazos se cierran y la desesperación esta en el aire, por darse la oportunidad de tratar de ser feliz o mejorar, te quedas colgado, en el mejor de los casos lo cubres, pero tu victoria te hace caer en otra tentación.

¿Por qué esta oficina es tan grande? ¿Para qué? Es para decirte, mírame soy mejor que tú, tengo más espacio para revolcarme en mi mierda. ¿Por qué debe estar tan alto? Para refregarte en la cara que te podemos pisar.

Que dolor de cabeza, aún todo me da vueltas.

-¿Te afectó?- me doy vuelta, ahí esta con su facciones rígidas y su pelo largo tomado –No pensé que fueras tan sensible, ya saben lo que dicen debajo de ti-

-El que vendió a su padre- murmuré

-Que bien, por lo menos sabes que reputación tienes… más vale que la cuides- toma el control de la televisión y pone el canal de noticias.

“Anoche se encuentra cura mutilado en una iglesia céntrica. Se investigan las causas, se presume que fue por venganza, por la intensidad del crimen.

También se cree fue un robo.

Actualmente la policía no tiene pistas concretas.”

-No encontraran pruebas, fue suicidio- lo miré de reojo-el hizo el trato por ser un hombre más puro, que nunca pecara, pero tus deseos te devoran jajaja-

-No creo que te importe ¿a que has venido?-

-Hijo mio, con esa facha tiras para abajo la imagen de mi empresa. Así que quiero que te arregles y descanses. Te doy el día-

-¿Cuál fue mi trato?- escuchó como se cierra la puerta

“En otras noticias, el candidato a la Presidencia Peronard, ha acogido una niña indigente en su casa. Declaró “Esto no es propaganda, pero si pudiera acoger a todos, trataría que nadie volviera a sufrir.”, el partido opositor lo critico de showbinista…”

Reconocí a la niña, Ariel.

Bajo a tomar un taxi.

-Sr. Oxman, necesito hablar con usted-

-¿Quién es usted?- veo la sotana, un cura de tantos

-Un amigo-

-Si lo fuera lo conocería- le sonrió

-Lo quiero ayudar-

-Tome “amigo”- le doy unas lucas-vaya donde lo necesiten-

Me subo a un taxi, mientras doy indicaciones para volver a casa. En una calle que ni recuerdo el nombre, la veo. Le digo al taxista que se detenga (a veces creo que me gusta sufrir). La miró mientras camina de la mano de su marido, la única mujer que me hizo sentir pleno, allá va enamorada de quien sabe que papanatas.

En mi departamento, me tiro en mi sofá y me duermo, al fin.

Me despierta el timbre de la puerta. Sino contesto se irá, aparte quiero comer y ducharme.

Tengo una imagen que dar, quien confiaría en un hombre sucio y demacrado.

Pasan diez minutos y vuelve a sonar el timbre, ya se irá me repito.

El timbre sonando por cinco minutos es mucho más de lo que puedo aguantar.

Abro la puerta:

-¡¿QUÉ LE PASA? NO ENTIENDE CUANDO ALGUIEN NO QUIERE ATENDERLO!- libero el estrés

-Sabía que estaba adentro, es un caballero muy escurridizo- lo reconozco, el cura que me pilló tomando el taxi

-¿Qué hace aquí? Váyase a su iglesia y no me joda- le sonrió cínicamente

-Aunque lo quisiera hacer, no puedo- le cierro la puerta en la cara, pero no alcancé su pie la bloquea –si tan solo son unas preguntas, no le llevará más de unos minutos-

-Luego se largará y no volverá a tocar ese timbre-

-Se lo prometo-

-Adelante, terminemos esto-

-Usted desde hace algunos años ha estado involucrado directamente e indirectamente con sicópatas de toda clase ¿eso le ha afectado mentalmente?-

-Un poco-

-¿Cree que hay algo después de la vida?-

-No- y me digo en mi interior, lo sé

-¿Ha tenido vínculos sentimentales con alguna victima o victimario?-

-Puede ser, sabe que esto va para ningún lado, ¡lárguese!-

-Tiene razón, tome mi tarjeta- la cojo

-Hasta pronto- entro al departamento y veo la tarjeta, “Detective Privado” el logotipo era una mano con un ojo. Salgo al pasillo y le grito:

-Hey amigo, ¿si es detective porque la sotana?-

-Tuve una fiesta de disfraces anoche-

-¿Por qué no dijo quien era?-

-Nunca se detuvo a preguntar… por cierto… no creo que sea culpable. Sé que participo, pero no de buena gana- y se subió al ascensor.

Tiré la tarjeta por ahí y me di una ducha.

De pronto se nublo y la lluvia comenzó a caer.

En el edificio del frente una gigantografía de Peronard besando la frente de Ariel, el eslogan “Por una nueva oportunidad para todos. Peronard Presidente”.

Me sentí profundamente triste, me dije “las oportunidades nos condenan”.

Encendí un cigarro que llevaba escrito culpa, al quemarse, ya tenía una oportunidad para no recordar nada de los últimos años.

Esa noche dormí en el piso, con la tenue luz de Ariel.

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Prosigo


hasta pronto

Sunday, March 23, 2008

Azufre cap.2

El arrepentimiento

Siempre al anochecer se me retuercen las tripas, un miedo asqueroso recorre mi cuerpo. A veces creo que es mi herencia, por la mismísima mierda claro que lo es. Pero no viene al caso rechazarla, no es solo mi pellejo el que se juega en esta pega.


Han pasado algunas semanas del último contrato que entregue -se mostró satisfecho-. Durante los primeros días me recompensó, que buena noche me pase con la secretaría del piso de abajo.

Hasta pude dormir y olvidar todo, un par días. Puede recordar aquellos días que iba a la facultad y una cerveza inocente con amigos. Algún coqueteo infantil y un beso tierno para cerrar la noche o darle un inició en otro lado. Días aquellos, todo tan tranquilo, solo han pasado diez años, pero se sienten como un siglo de guerra.

-Tan meditabundo que estas esta noche- miró sentado en mi bar. Abro la ventana y salgo a fumar – ¿No me invitaras nada?- mi familia nunca fue buena para la indirectas –vamos hijo, ¿no le invitaras una copa a este viejo?- me acercó al bar y sirvo un vaso de cerveza negra y se lo dejo encima

-Toma, anciano de mierda- veo como sus dedos atraviesan el vaso -¿Parece que olvidas que estas muerto?-

-No es que la vaya a beber, es para ser amable- lo miré de reojo y me tomé la cerveza

-¿Amable?-

-Sí, como lo que te enseñe cuando eras niño-

-Tú no me enseñaste nada, dejaste a mi viejo a su suerte y nos apadrinaste cuando estabas en tu lecho de muerte, quizás para expiar tus culpas-

-Vamos, nunca me arrepentí de nada-

-Deberías hacerlo-

-¿Para?-

El viejo de mierda tenía razón, estaba muerto y no sirve el arrepentimiento de nada después de vivo. Pero si estaba en mi casa, es que la cuota se estaba acabando y tenía que salir a cerrar un trato; nunca los he hecho enojar, pero me imagino que nada bueno saldrá de eso.

Recuerdo por un segundo, que sí sé que harán, ya lo he visto y el miedo me paraliza un momento.

Tomó mi gabardina negra y mi cajetilla de cigarros, le digo al viejo:

-Vete-

Camino por santiago, el frió me hace sentir viejo. Es una noche tranquila, parece que la gente se siente cansada, pero satisfecha.

¡UNA MIERDA! De pronto todos se vuelven altruistas, que paso con lo que dice los diarios ¿Dónde están los asesinos, violadores y políticos de turno?

Camino durante unas horas, hasta que la luna se ve enorme y me dan ganas de mear. Me paro al lado de una iglesia, mientras meo siento un poco de hedor, quizás sea mi orina.

Luego lo distingo, definitivamente no es mi meado. No es tan grande como el del otro día, pero parece ser lo suficientemente pasoso.

Busco por donde entrar, odio que la suerte me las deje tan fáciles, la puerta está sin seguro.

Entro y veo a Jesucristo colgado de su cruz, contemplando el cielo. Supongo que si ir al cielo es tan fácil como colgarse de una cruz y esperar que te desangres, lo haría. Aunque todo el mundo sabe que tenía pituto, hijo del jefe, claro que iba entrar.

Las luces apagadas, pero la luna se encarga de dejarlo todo blanco para que no tropieces con nada. Camino al altar, le ofrezco un cigarro y pienso claro que no lo va aceptar tiene las manos ocupadas. Me estoy volviendo loco.

Vuelvo a mí, sigo el hedor, detrás de la cruz hay una puerta, a medio cerrar y de ahí venía el olor. Me asomo tímidamente y veo a un cura montándose una pequeña fiesta allá dentro.

Meto las manos al bolsillo y están los papeles, como siempre.

Reviso el nombre “Ariel”, que raro esta vez me lo dieron sin apellido. Pero bueno el curita, terminara haciendo confesiones en otro lado.

Me siento en una banca y espero un rato, me fumo unos cuantos cigarros.

La hediondez invade la sala, pero esta vez había algo diferente en la peste. Me paro y apago mi cigarro a medias. Se asoma una sombra.

-Hola Ariel-

-¿Qué?- es una voz femenina

-Ese tu nombre o ¿me equivoco?- logró verla, es una niña catorce años a lo mucho

-¿Usted que hace aquí?-

-Tú haces algunas cosas, que para algunas personas son muy interesantes. A ellos le agradaría que continuaras en eso-

-Señor no le entiendo- educada la niña

-Ven acompáñame- miré la hora, son las 2am-vamos a caminar y te explico-

No dijo nada y me siguió, esa noche el olor me molestaba un poco más de lo normal. Caminamos por callejones que no pasaba un alma, en cada esquina que doblabas pensaba que mi vida me costaría la billetera.

Finalmente llegamos a una plaza.

-¿Fumas?- le pregunto

-Sí déme uno-

-Ariel, sé que no haces cosas buenas, pero en este mundo las personas no son buenas. Yo te ofrezco mejorar tu vida, pero debes seguir en que estas- respiro hondo, mis propias palabras me dan asco… pero quién me culparía, soy yo o ella-Estarás mejor, te lo aseguro- me sonríe y se acurruca. Mierda, me voy poniendo blandengue.

-Nadie nunca se preocupa por mí de verdad. Sí realmente soy importante, firmo donde quiera-

Dudo un segundo, pero saco el lápiz y el contrato. Que lo firme rápido, que me voy arrepentir.

Lo firma, el lápiz saca su garras y le roba un poco de sangre para la tinta. Le duele lo veo en sus ojos.

Le dejo plata y me despido de un beso (soy una mierda).

Empiezo a caminar, la miró por última vez y me digo “Roberto es una niña como has podido” apreté el contrato “Quizás si lo rompes la salv…” sonrío y mis ojos se inundan de un tristeza muerta.

Tomo un taxi y me largo a mi departamento, en el auto lo distingo, el hedor aparte. Como había sido tan tonto, era olor a muerte, esa niña estaba presionada por algo. Quizás se me arrancaron unas lágrimas en ese taxi, pero no estoy seguro.

Llegue al departamento, estaba vació. Saque del bar una botella ron.

Me senté en sofá.

-¿No me darás un trago?-

-Pensé que abajo tenían mejores licores-

-Pero siempre vale la pena tomarse un trago con un amigo-

-No soy tu amigo-

-¿Lo tienes?-

-Sí… pero antes-

-¿Qué? ¿Me darás un discurso de moralidad?-

-No… ¿porqué la niña y no el cura?- doy un trago largo, siento como el ron me quema la garganta -¿No habría sido mejor el cura? ¿Ustedes quieren el escarmiento publico? Se alimentan de eso-

-En parte sí, en parte no. Es muy complicado. Pero veo que te conmovió, ni con tu padre te pusiste así-

-TU NO SABES NADA DE ESO-

-Cuando te pones bravo… que delicia- maldito afeminado, cada vez que se pone así me da asco

-Cuéntame, ¿por qué la niña?-

-Fácil mi querido Roberto, ella ahora esta embarazada y tiene sida. Esto se descubrirá en unos meses más, pero ella vivirá bien. Pero su beso de muerte arrastrara más a la desesperación que un escándalo de unos meses- sonríe y siento miedo –el cura siempre fue nuestro-

Saco el contrato del bolsillo de la gabardina y se lo tiro a la cara. El muy maldito lo coge en el aire y desaparece como una boluta de humo en el techo.

Me pongo a llorar por esa niña… se lo que le había hecho y solo quería cariño… lloro por saber que estoy vivo y no me puedo arrepentir.

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continuo con la idea



hasta pronto

Saturday, March 22, 2008

Azufre cap.1

El abogado

Estaba sentado, aún no podía reconocer bien quien era, pero el olor era insoportable así que debía haber uno grande acá dentro.

Le pedí un corto de tequila al camarero, quien sabe como terminaría la noche. Abro mi última cajetilla, se me acerca una mujer.

-Dame uno- la miré de reojo mientras encendía uno

-¿Cuánto me cuesta?-

-Nada- me sonrió y saco un cigarrillo-por ahora… nada-

-¿Qué edad tienes?-

-24, pero si quieres soy más joven o más vieja, tu decides-

-Toma- le metí unas lucas en el escote

Esta noche no, me repetía, sabía muy bien a lo que había venido.

El olor aún era demasiado fuerte y ese cabaret encerrado no te permitía reconocer de donde venía el olor. Pedí otro tequila.

Pasaron unas horas y lo sentí, el alivio. Recién había salido, quizás este a tiempo de encontrarlo, no son difíciles de hallar, pero este era uno de los grandes.

Afuera habían tres mujeres y dos hombres. La suerte me favorece, una de las mujeres le pega otra, mientras la otra ayuda a uno de los hombres a caminar. Me acerqué.

-Amigo ¿necesita ayuda?- entre el balbuceo del ebrio, el otro hombre se retiraba lentamente, y el olor se iba con él.

Lo seguí unos minutos, a la distancia necesaria para que pudiera obrar en libertad. Se metía por unos callejones, atestados de ebrios, la juventud de hoy en día debía conocer la mesura.

Llegamos a un callejón cerrado, en una esquina un motón de ebrios y en la otra basura, estaba ensimismado, no se dio cuenta que me quede sentado en la entrada del callejón.

Revisaba los ebrios en busca de algo, ¿un ladrón? No ese hedor no proviene de un ladrón él es algo más.

Da con su cometido, de entre los cuerpos inconcientes por el licor, lo encuentra. Un niño, quince años a lo mucho, pero la juventud de hoy en día crece y envejece más rápido.

Lo mira y le acaricia el pelo, ¿un violador? Podría ser, pero cuando sentí su hedor esa tarde en la comisaría se me encresparon los pelos de la nariz. Si habría podido saber cual de todos los que soltaron en la tarde, ya pude haber cerrado el trato y estar en mi sofá o haberme tirado a la puta del bar.

Los años en este trabajo, me habían vuelto un morboso. Así que el hombre bajo los pantalones del niño y empezó acariciarle las piernas, se notaba desesperado, el chico aún muy dormido como para reaccionar.

Sí, una violación, más cariñoso de lo que pensé. Hasta que empezó hacerle una mamada; el asco me invadió y vomité.

Pero lo que vino después fue lo atroz, le dio una mordida y empezó a comerse sus genitales, el chico alcanzo a dar un grito sordo, antes que le pusieran las manos en la boca.

Quizás sea morboso, pero esto es más de lo acostumbrado, mire para otro lado encendí otro cigarro. Espere un rato.

A estos bastardos siempre pueden actuar y parece que nadie los quiere ver, seguramente el chico no era un santo, pero morir desangrado de esa forma no es un final que me gustaría experimentar.

Meto la mano a mi bolsillo, ahí esta. En otro bolsillo aparece su nombre, Leonardo Carballo Ibáñez. Sonrió mientras reconozco el nombre, era el paco culeao que me saco el parte ayer en la tarde, ¿que le habría pasado? su hedor no era el como el de hoy.

Lo veo salir.

-¿Quieres un cigarro, hombre?- me mira con ojos inyectados en pánico y me tira contra la muralla. Idiota hizo que se me cayera la cajetilla.

-¿De cuando estas acá?-

-Tranquilo amigo, no vengo a juzgarte. Vengo a ofrecerte un trato- en sus ojos desconfía-Vamos relájate y límpiate un poco- meto la mano en la gabardina y me tira al piso, me pega una patada en las costillas, estiro mi mano con un pañuelo y el color blanco lo detiene.

Coge el pañuelo y se limpia la boca.

Caminamos un par de cuadras y me quería devolver el pañuelo y se lo rechacé.

-¿Por qué?- pésima pregunta, su irá parecía estallar-Ya tranquilo, es solo curiosidad. Bien Leonardo, tengo un cliente que esta interesado en tus nuevas actividades, le agradaría que las siguieras cumpliendo. Te promete inmunidad sobre lo que obres, es probable que nadie sepa si quiera que lo hagas- saco del bolsillo el contrato- solo firma con esto y esto será un hecho, tu vida será tranquila-

-¿Nada más?- desconfiando del documento-¿Por qué esta interesado en mí?

-Secreto profesional, pero si no me crees, nada perderás o ¿quieres tener otro asesinato en tus manos esta noche?-

-¡Estoy enfermo!-

-No lo creo, pero no me importa-

-Tengo miedo- se puso a llorar, como si la conciencia le mordiera las entrañas

-Nada de sentimentalismo, te ofrezco salvar tu pellejo, solo firma esto, que ya es tarde y tengo sueño-

-No me entiendes-

-En tu casa tendrás mucho tiempo para pensarlo, lo ¿firmaras?, tengo que visitar a más gente esta noche- nunca he sido bueno blufeando, espere que se lo tragara

-Bu…e…no-

-Perfecto- tome el papel y el lápiz, se lo pase. Estaba tan acongojado que no sintió como el lápiz perforaba su carne para alimentarse de su sangre-Hasta pronto-

Cuando me iba le mire el entrepiernas, realmente me alegre no haber seguido mirando. Estaba completamente manchado con sangre.

Mientras caminaba a casa, busque mi cajetilla… imbecil, entre todo el jaleo se me olvido recoger la cajetilla.

-¿Quieres un cigarro?- miré para al lado, estaba él como siempre con su sonrisa algo macabra y ojos oscuros que parecían que te iba devorar si te descuidabas

-Ah, eres tú, no gracias… aprendí que deberle a ustedes no es el mejor negocio-

-Jajajajajaja- su risa siempre intimidaba -¿Lo tienes?- saque el papel y se lo pase-Tienes el mismo don que tu abuelo-

Se desvaneció en el aire, me sentía como un tonto por rechazarle el cigarro, ya no tenía más que cobrarme.

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Idea que se me ocurrio leyendo hellblazer.
Tambien es un proyecto para comics, pero no me gusta mi dibujo para esto así que me busco dibujante abnegado...

El único que ha cooperado con esta idea o bueno mostro interes en hacerlo es Ave, esto bien nada... pero este anexo suelo decir lo que pienso y lo que me gustaría obrar.

"Quiero dejar de ser un observador, quiero ser un testigo... donde esta el tribunal"

hasta pronto

Wednesday, March 05, 2008

Tira tu ciego

Aquella mañana toda parecía tan tranquilo, que nunca imagine que aquella tarde se instaurará.

Pero cuando estaba en la Alameda con San Diego, que lo vi, fue una experiencia impactante e ilustrativa.

Se paró en una esquina, lo tomo de la cintura y lo tiró al frente, el ciego camino evadiendo toda la gente y llegó a su destino feliz. Fue una circunstancia fuera de lo común. Aunque al día siguiente habían dos personas tirando a su ciego.

Creo que fue lo particular del deporte que lo puso en el diario. Explicaba detalladamente, como las personas debían sostener asu ciego y como impulsarlos con la fuerza adecuada para llegar a la otra vereda. Y en menos de un mes, todo Santiago lo estaba practicando.

De pronto la gente se levantó a favor y otra en contra, pero nadie le importo, todo sonaba a lo mismo. Los ciegos estaban felices, porque se podían conocer. De hecho hace dos semanas leí que un hombre encontró a la mujer de su vida cuando habían perdido un duelo contra un niño.

Esto se desarrollo a través de los años, las apuestas que en un principio parecían una mofa a la situación con los años eran más elaboradas que los caballos.

De un momento a otro dejo de ser un ejercicio urbano, se tenían gimnasios y también entrenadores profesionales. Muchos atletas quedaban ciegos en accidentes intencionales para participar en estos circuitos.

Tal fue el crecimiento de esta actividad, que se volvió una atracción turística, en los pack de la gente que venía a esta larga franja de tierra tenía que pasar por el “Paso del ciego”, que era el nombre de la pista de los lugares donde se competía.

Yo francamente no creo que sea la actividad más sana, yo he hablado con unos ciegos algunos se sienten orgullosos y otros tristes. Pero a mí me da igual, son buenas personas y se sienten a gusto.

Pero creo que la gente nunca se puso a pensar en los tuertos, porque hoy en día en Chile, parece que es el reino de los ciegos donde el tuerto es razonable.

Aunque les confieso, que la semana pasada mi primo corredor quedó ciego, así que estamos esperando que el pueda mantener a nuestra familia de videntes buenos para nada.

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cuento viejo, pero me agrado reescribirlo


hasta pronto