Sunday, December 30, 2007

Las cicatrices de una tierra

-¿Qué son?-

-Estrellas-

-Pero ¿tan pálidas? Parecen frías-

-¿Cómo olvidadas?-

-No, solo frías-

-Alguna vez escuche que las estrellas son de nieve, están detenidas en los deseos de la noche, quietas esperando el alba. En las mañanas caen al mar-

-Eso es muy cursi-

-Lo sé- mientras dejaba caer el cigarro en el piso

-Me alegra- apago el cigarro de un pisotón

-¿Qué harás ahora?-

-No lo sé, diría que últimamente, pero en realidad toda mi vida parece que estoy buscando-

-¿Algo en particular?-

-En realidad busco que buscar-

-¿Quieres un cigarro?- dijo, cuando sacaba la cajetilla del bolsillo de su chaqueta

-No, gracias, pretendo no dar con vicios-

-No los encuentras, ellos te encuentran- sonrió largamente con sus enormes dientes amarillos, ocultos en esa vieja barba-¿te conté cuando comencé a fumar?-

-Sí, toda mi vida la llevas contando-

-Pero es una buena historia-

-Si te soy franco nunca la creí-

-Pero es cierto-

-Nadie promocionaría cigarrillos con un camello-

-Sí los promocionaban y eran muy populares-

-Aún así, como sobreviviste cinco días en el desierto y seis noches-

-¿Cómo vives buscando algo que no sabes?-

-Eso no viene al caso- viró su cara, busco en el horizonte donde comenzaba y terminaba el mar. Quizás esperando que ese punto que comprendía la noche, que encierra el todo y la nada, como los ojos de una vieja amada, le permitieran encontrar la respuesta perfecta para ese viejo loco.

-¿Sabes?-

-No-

-Nunca te conté la historia completa-

-Ya lo has dicho antes- respondió rascándose la barbilla

-Pero si te la cuento otra vez quizás entiendas algo que no entendiste antes-

-Lo dudo-

-Por último la recordaras con más claridad para contarla. Aunque en el mejor de los casos, sea que alguien a escondida la escuche esta noche-

-¿La quieres contar?-

-No quiero, pero la noche la pide. Ese aire salado me recuerda cada momento que pase aquella vez-

-Vale te escucho, pero dame un cigarro-

-¿Fumaras?-

-No- sacó el cigarrillo de la cajetilla-Pero la última vez que hablamos esto me dijiste que si volvías a contar esta historia y no lograbas impactarme podría hacer lo que quisiera con…- rápidamente tomo la cajetilla-… con la cajetilla de cigarros, así que aquí tienes tu último cigarrillo de la noche, porque da esta caja por perdida- le paso el mismo cigarrillo que había sacado

-Bueno, deberé hacer un esfuerzo. Aunque si habría tenido mis reflejos de antes no podrías habérmela robado-

-Dale viejo, solo cuenta tu historia, antes que tiré la caja al mar-

-El mar fumando, no lo creo. Porque esta muerto-

-¿Por?-

-Ahogado si tienes tanta agua en los pulmones nada podrá entrar ahí- sonrió- jajaja-

-Estas más fome cada día-

-Ya aquella noche...-




Esta noche esta muy helada, me quedan pocas provisiones. Tuve que mantenerme con el grupo, pero no me sentía cómodo, yo no sé nada de política, yo solo quería ayudar a la gente y por eso fui tachado de comunista. Aunque en realidad me interesa un rábano, esos niños necesitaban comer, sus padres habían desaparecido queriendo proteger una patria libre, muchos de ellos fueron soldados y renegaron sus órdenes por inhumanas, en un ataque de humanidad, prefirieron morir devorados por ratas o llorando de dolor por quemaduras.

Mientras caminaba recordaba, lo que me habían dicho cuando tuve que salir. Que los héroes se quedan, también recuerdo mi respuesta, que yo no quería ser un héroe solo quería ayudar, ahora me van a matar nadie va hacer nada.

A la mañana siguiente, seguí caminando. Tenía que salir del país, pero no sabía bien donde iba y mi brújula ya no funcionaba y el calor abrumador me tenía muy cansado y deshidratado. Pero seguí caminando, no sabía si era instinto o voluntad, ni siquiera me lo cuestionaba.

Esa noche fue la más dura, porque se había acabado el agua y la sed durante las primeras horas te tomaba por el cuello y parecía que te ahorcaba.

Pero lo único que recordé que me habían dicho que tenía algo de utilidad, es que al caer la noche hiciera un agujero en la arena y me enterrará ahí.

Durante los dos próximos días camine y camine sin ver absolutamente nada. Aunque escuchaba gritos, me repetía que era mi imaginación; la gente me llamaba mis niños me buscaban. El consuelo fue saber que los deje en un lugar seguro, mi hermano que se había vuelto cura me ofreció su iglesia para recibirlos y tendrían comida, abrigo y algo de educación.

Ellos no me dejaban caer, impedían afanosamente con sus gritos que no cayera rendido por el calor sofocante.

Pero al atardecer cuando comencé hacer mi agujero en el piso, escuché un pelotón marchar cerca y me aterré. Sentí en ese momento que preferiría morir en el desierto que destrozado por ratas. Pero pasó sin siquiera estar cerca de mí.

En la caminata del día siguiente, me decía que debía estar cerca, por algo habían militares cerca. Camine y camine, pero nada. En la noche tuve miedo de dormir, como si no fuera despertar otra vez, así que seguí caminando bajo la luna que era un sol blanco para mí. Avancé durante toda la noche y sin éxito, la nada era mi camino y algo en mi corazón decía que para allá iba.

Mi vida se estaba apagando, ni los gritos de los niños lograban levantarme ya, cada vez que caía era como levantar al mundo otra vez, hasta que en un momento el mundo me gano, quedé tendido en piso sin pena ni gloria, nadie si quiera recordaría que existí. Un vil profesor municipal, que jamás fue alguien de valor en la vida, un adicto a las novelas románticas y heroicas, nunca pensé que acabaría tendido en un infierno en vida.

Pero no me rendí, si ya no podía caminar gatearía y eso hice. Avance lo que más pude, habría dado todo por un camello, pero en Chile no hay camellos o nunca he visto ninguno, excepto en el comercial de cigarrillos. Moriré y nunca habré fumado, si salgo de esta prometo tener algún que otro vicio.

Por los vicios me levanté una vez más, creía acérrimamente que eso es lo más humano que tenemos, los vicios. Así que dejaré que ellos me muevan hasta cuando no de más.

Al despertar ya era de noche, estaba en una fogata. Había un hombre de un frondoso bigote negro, de rasgos muy firmes, vestido con una chaqueta negra de cuello y mangas rojas. También llevaba un sombrero negro y rojo.

Traté de hablar, pero no podía decir nada. Pero dijo “Amigo nunca peleamos por una patria de mentiras, siempre lo hicimos por el país, el país es su gente. No los gordos de arribas, ellos no son capaces de tener un fusil en sus manos sin que se les llenen de ampollas. Esos cobardes no valen la pena, amigo tu has hecho lo correcto, yo te dejaré ver a tu niños.”, me dio algo de agua y me cargo toda la noche hasta que me dormí en su espalda.

Al despertar estaba en un regimiento, en una camilla. Lo primero que sentí fue el cuerpo helado, pero el cabo me cuidaba se acercó.

Al ver mi cara dijo “Amigo tranquilo, nosotros somos de otro tipo. Nosotros creemos en la gente, porque somos parte de ellos. Ahora estas a salvo”.




-Bien ¿y lo nuevo de la historia?-

-Creo que sé el nombre de quien me salvo-

-¿Cómo se llamaba?-

-Fernando Vergara Cornejo, era un regimiento atacameño-

-Bueno, pero aún no me convences así que despídete de la cajetilla- la tiró al mar

-Más se pierde en la guerra- mientras encendía el último cigarrillo que le quedaba

-¿Caminamos?-

-Vamos-

Se fueron caminando por la playa, el profe esperaba que finalmente su nieto entendiera el sentido de la historia. En ese momento se escucho un grito en sus espaldas y se acercó una chica muy buena moza y le entrego una cajetilla.

-Muchas gracias- le dijo mientras se despedía con la mano

-Gracias a ti- sonrió, miró los ojos de su nieto -Cada historia tiene su ritmo, solo debes aprender a cantarla del modo adecuado-


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Cuento para cerrar el año, me pareció adecuado tratar de hacer eso. Porque si tengo muchos sueños donde recuerdo amores, pero tengo una gran cuota que me lleva a otros tiempos; con otros protagonistas.
Algunas historias suenan y suenan años, pero hay día donde vuelven a sonar y parecen ser ciertas.


La foto, bueno cuando niño y teniamos media luna mi madre me decía que era el leon que se la había comido. Bueno para la luna llena... esa parte no la pregunten.


un abrazo

"Si se acabaron los ideales y las esperanzas... es hora de crear nuevos."

Hasta pronto


Wednesday, December 26, 2007

El paso de talión

En el puente, estaba ella observando el río, parada con su vestido blanco flameando en el viento.

Un sujeto pasó detrás suyo, bajando su sombrero y ni alzó la mirada, tomó a su mujer de la mano y camino más rápido.

Yo miraba sus cabellos dorados chocando contra su frente, pregunté:

-¿por qué?-

Nada dijo, solo me sonrió piadosamente. Alcé mi sobretodo, para que se abrigara, cubriera ese cuerpo que se moldeaba, que se grababa en mi retina, en curvas imperfectas pero hermosas.

Rechazó mi gesto, con dos pasos más cerca del vacio.

-¿por qué?- insistí, con voz triste y cansada -yo sé que tú… o dama del alba, de camas incontables y de rastros ocultos por el dinero… de arrugas jóvenes y manos mal trechas… se que sufres, por el hombre. Por el mismo que te tomo en distintos cuerpos, que se satisfizo de tu vientre inocuo y de tu leche agria.

Sé que los buscas en otros gestos, vestidos caros y rosas únicas… pero no esta en eso… ni tus hijos, ni el único de ellos que camina entre nosotros te conoce, como yo lo hecho.-

Me miró, dejando sus talones en el aire. Penetró mis ojos cafés sin gracia con su infinito cielo de mares verdes.

Quedé helado por unos segundos, componiéndome de esa mirada acusadora . Yo sabía que había pagado por ella varias noches; que la había conquistado a través de promesas, que sabía que no podría cumplir, aún así la repetí tantas noches que se escuchaba como la verdad.

No le ofrecí amor, le ofrecí una esperanza algo en que creer. Yo soy un hombre modesto, carente de dotes familiares, solo tenía un don que fue entregado de mi abuelo a mi padre, de mi padre a mí. No servía para hacerse rico o lucrar con él, solo podía ser útil para dar, esa capacidad familiar de entregar vida, fue el único don que tenía.

Soy culpable de haber dado eso.

-¿Por qué el mió ya no late?- dijo con voz seca y desesperada

-No lo sé- subí a la baranda y me acerqué, tomé su mano y la puse en mi pecho-¿sientes?-

-Estas calido, como siempre-

-¿Sientes?-

-Sí, ¿tu corazón?-

-No lo sé, pero si te acercas…- le tomé la mano y la acerqué a mí- podremos descubrirlo-

Saltó sobre mí, caímos de espaldas en el piso, se puso a llorar, me maldecía y me golpeaba el pecho.

Abrí los ojos y ya no estaba, como siempre desaparecía en la ilusión de haber cumplido mi misión, de haber librado mi culpa; tomé mi sombrero, el mismo de aquél día.

Puse unas rosas blancas, sobre el lugar que la última vez que la vi, asumía con dolor que mi don estaba al fondo del río, donde ella seguramente seguía llorando cristal.



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Emmm sin mucho que decir, tenía ganas de escribir eso...



*corregi los errores, espero ser un poco mas dedicado con ellos desde ahora


sería un gusto, como siempre

hasta pronto


Saturday, December 15, 2007

conversaciones

Ignorancia

Conversación en msn

-Hola-

-Hola-

-¿cómo has estado?-

-Bien y tu-

-Bien bien, ¿qué me cuentas?-

.No mucho, tranquila en U y eso-

-¿Pololo o algo? ¿Planes de dominación mundial?-

-Nah, no necesito eso-

-¿Cómo? Pero si tener pololo es útil, son tipos abnegados y resignados, aparte que te sacan a pasear y con un buen trabajo pierden la voluntad –

-No necesito eso-

-Entonces tienes un dildo-

-¿Qué es eso?-

-No creo que quieras saberlo-

-Vamos dímelo lindo-

-Emmm, bueno es un consolador-

-O cochino-

-Ignorante-.

-Esas palabras no están en el bocavulario de un señorita-

-Pensé que vocabulario de las señoritas se escribía igual que el del diccionario, siempre se aprende algo nuevo-

-Equivocarse es de cualquiera, ser cochino de pocos-

-Pensaba que las señoritas no eran una cualquiera-

Bloqueo

Conversación en la micro

-Mira todas esas viejas que se quedan adelante y no dejan pasar para atrás-

-Sí, seguro que tienen frió-

-Pero si hacen como 30 grados-

-Lo sé señor, era sarcasmo-

-Pero ¿por qué se quedan allá adelante?-

-Bueno si mira bien son puras viejas, quizás son las que ha nadie les corrió mano en el metro, así que se amontonan al frente de la micro para que quizás alguien el agarre el poto-

-De todas las respuestas que me habría podido dar esa era la más rara-

-Lo sé, es que no soy muy común caballero, por cierto me bajo acá-

La Ex amiga

Conversación de pasillo

-Oye-

-¿Si?-

-Te quería preguntar si te pasa algo, hasta hace un par de días éramos juntas-

-No, ¿por qué lo dices?-

-Porque ya ni me saludas-

-Si, te saludo-

-No sé si es que estas más brillante que hace un par de días, pero te recuerdo que no me saludaste cuando iniciamos esta conversación-

-A no sé, me voy-

La perra

Conversación con un amigo

-Hola weón, tanto tiempo, ¿como has estado?-

-Hola, bien pos mierda y que me contai-

-No mucho estudiando y eso, y tú-

-Puta que estoy con lo de la práctica, has sabido algo de tu ex-

-Na weón… pero de la anterior supe algo-

-¿Qué cosa?-

-Que se murió la perra de mi ex-

-¿Cómo eso? Weón y no podí decirlo riendote-

-Sorry fue tu cara, no, se murió su perra, no ella-

-aaaaaaa, bueno-



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De otras aventuras que sí me suceden


fueron las conversaciones que si me pude acordar


se acaba el año y yo desaparesco

adiosh

Wednesday, December 12, 2007

El orubon del vigilante

Hace un par de días venía en la micro, estaba escuchando música, el locutor de la radio comentaba sobre la violencia en asenso en Santiago mientras avanza nos acercamos a navidad.

Reflexioné por un segundo sobre lo que había sucedido con Cristo, por un breve instante no me pareció tan dicotómico como el terror que trataba de infundir aquel periodista. Me harté de tanta mala publicidad navideña, así que puse los mp3 de base electrónica.

De pronto atrás mió escuche un grito, me saqué el audífono izquierdo y escuché la conversación, era un tipo que había tratado de robarle a una señora, esta en acto de coraje lo detuvo, ante una adversidad clara se presentó como un héroe trágico. Pensé que realmente le iba reventar la cara de un solo combo. En ése momento apareció una mujer defendiendo al carterista, la mujer titubeó (debo reconocerlo), aunque después se paro más firme y determinada.

Sonreí y guarde los audífonos, me acerque sin llamar mucho la atención el intercambio verbal era espantoso, pero la señora no se dio a torcer.

El ladrón comenzó hacer parar la micro, apretaba el botón como si eso hiciera que el paradero se acercara más rápido. Al momento de abrir la puerta, se curvo y le lanzó un golpe directo a la cara de la mujer, bajo de la micro sin que lo alcanzara. Luego la otra mujer (la que acompañaba al ladrón) se lanzó contra la señora a rasguñarle la cara. Esta vez si pude actuar, la tomé de la mochila y la tire para atrás, pero a ella no le pareció un buena idea así que salto fuera de micro. Las puertas se cerraron y comenzaron a putear a diestra y siniestra, pero la mejor expresión fue cuando la mujer se le desfiguró la cara al ver que yo me había quedado con su mochila, fue muy gracioso al ver como se tornaba roja y sus ojos se volvían saltones.

Antes de bajarme la micro, regalé la mochila a una mina flaite en la micro.

Pero hoy, tengo que reconocer que fui robado, perdí mi billetera sin la posibilidad de poder pelear si quiera. Fue frustrante, al darme cuenta insulté a todos los que viajaban en micro, por no hacer nada.

Pero al caminar a mi casa, descansando la idea, di como conclusión que era lo que tenía que pasar, que a pesar que nadie me dijo o ayudo, yo no busco el reconocimiento ni que me regresen lo que trato de ofrecer.

Se acerca el final de año y entendí que solo quiero que todo este mejor, pues en realidad perdí una linda billetera y diez mil pesos, pero quien los tenga quizás los necesitaba.

Yo realmente necesitaba aprender, eso me robo… parte de mi ignorancia.


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De las verdaderas aventuras del demoncio

Si, me pasan esas cosas


"Quiero perderme en tu laberinto dorado, desapacer en el rosado de tus labios"

adiosh

Saturday, December 01, 2007

Resignarse

-Me gustan tus ojos-

-¿por qué?-

-No sé, creo que me adsorben, como una servilleta-

-Jajaja, eres el único que compararía mis ojos con una servilleta-

-Sí, lo sé, pero creo que es lo que me hace ser tan adorable-

Miró el horizonte y guardo silencio, dejo que el viento le desordenara el cabello.

Se detuvo sobre el tiempo, dejo que los viejos gatos salieran de su imaginación. Huyeron aterrados siete gatos, de nombres impronunciables.

Pero él seguía impávido, preguntándose si los elefantes con grandes orejas aparte de volar escuchan mejor. Sé quejaba de todo y de todos.

Como resultado a lo que ha declarado en una idea, se regocija en una conversación, para sonreírle a su infortunio.

Mientras tenga eso, yo sé que crecerá. La gente vive sufriendo mucho, ha dejado de luchar, hay una edad entre los 20 y los 30, donde dejas de creer.

Ya no hay más héroes, es mejor ignorar que intentar de ayudar. La gente baja la cara y no da ni una mano, para levantar alguien.

Más aún caen en el vicio de criticar sin criticarse, dejar todo disuelto en el aire.

Finalmente, se recuerda que quizás las cosas están muy lejos para alcanzarlas o demasiado distante en el tiempo como para imaginarlo.

Pero bastan un par de ojos como servilletas, para dejar que se vaya la resignación propia de los años y lo ancla en ideales quijotescos, que es muy probable que lo vuelvan loco. Aunque que más da, será un loco bueno.



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Bueno esto... emmm... creo que un poco de las cosas que me suceden

agradecer, que cada vez que caigo en la resignacion algo me devuelve a lo que me prometi





hasta pronto

esto es más para mí, que para ustedes.