Saturday, April 21, 2007

Manías Compulsivas

Ya casi eran las siete y la sala de a poco se iba llenando. Cuando dieron las siete cerró la puerta y subió al podio, espero unos segundos para que los murmullos cesaran.

-Buenas tardes, hoy comenzaremos una nueva etapa en la terapia- suspiro y observo al público, se dio cuenta que habían un par de caras nuevas –Veo que hay caras nuevas, he invito a que se presenten-

Se paro sin descaro, exhibiendo un accidente en la peluquería o una moda muy nueva como para ser aceptada. Él organizador le dio un abrazo y le toco el hombro, se paró en el podio y dijo:

-Buenas noches, mi nombre Carlos Barrientos-

-Buenas noches Carlos- todo el mundo respondió al unísono

-Bueno, no sé bien por donde partir, no soy bueno hablando en público- pensó por un momento como dejarlo salir, entonces brotó –yo tengo un problema, desde hace un tiempo que no puedo evitar bailar Reggeton- en la sala en general se escucho una risa leve-No sé rían de verdad, les contaré desde como comenzó-

Así de pronto comenzó hacer memoria hacia unos meses atrás, era sábado y estaba en casa golpeando el techo con una pelota y miraba su celular con ansias (quizás una llamada y una fiesta por ahí), pero nada.

Despertó en la mañana con ganas de beber una cerveza, pero en el refrigerador había nada, así que salió de su casa a pasear a su perro. Comenzó a buscar a sus amigos, pero sino que estaban de vacaciones, simplemente no querían salir. Después de un par de vueltas volvió a su casa y almorzó tranquilo, miró a su viejo y se puso a ver el partido, mantuvo (quizás sin darse cuenta una conversación de viejos) así que le preguntó como va el partido y su viejo respondió con una mueca preguntándole si estaba bien de su pierna, el le hizo una mueca de afirmación y ahí se quedó el resto de la tarde.

En mañana cuando viajaba a la U se sentía aburrido y que su fin de semana había sido una verdadera mierda, que le había faltado algo de vida. Pero gracias al transantiago se sintió cómodo, al principio solo se dedicaba a moverse al ritmo del metro, frotándose indiscriminadamente contra jóvenes, ancianas, niñas y hasta hombres, el movimiento no era muy evidente, entonces se lograba disimular. Al llegar a su estación de destino se sentía algo más feliz.

Así comenzó a repetirlo todos los días, cada vez iba implementando algo más, por ejemplo al celular solo le dejaba reggeton y se ponía los audífonos y comenzaba a bailar. Al principió no necesitaba ser evidente, lo disfrutaba enormemente, sentía que le había dado un aire nuevo a su vida, estaba más sociable y feliz. El problema comenzó al mes, que ya no pudo evitar disimularlo, entonces su baile se volvió un poco más provocador y ya dejo de usar su audífonos y colocaba a todo volumen la música de su celular, la gente al principio no sabía como reaccionar, él sentía algo de vergüenza por las miradas acusadoras, gracias a eso él se corría de vagón en vagón. Hasta que llego aquél nefasto día, que decidió quedarse todo el viaje en el mismo vagón bailando y tatareando (pero la tolerancia no es algo que caracterice a los chilenos) así después de un par de estaciones un tipo lo bajo a combos del metro, pensarán que eso lo detuvo para bailar, pues no, cuando se reincorporo siguió bailando hasta que acabo el tema.

Así que por un par de día lo evito, trató de alejarse de ese ritmo que lo enloquecía, pero abstinencia era peor, recordaba con pudor aquel día que iba pasando fuera de la feria del disco, comenzó a escuchar Don Omar y fue como una orden que no podía evitar y comenzó a moverse al medio del paseo ahumada, no podía evitarlo, ni siquiera podía avanzar, fue la maldad del dj, pues lo tuvo bailando fuera de la tienda por lo menos una hora, lo positivo de ello que gano como dos mil pesos.

-Así que esta es mi historia- concluyó

-Muchas gracias Carlos por compartir con nosotros tu problema, ahora puedes ir a sentarte, trabajaremos todos juntos para a superar tu adicción-

Carlos se estaba sentado, cuando escucho como una melodía muy leve, una salsa para ser más preciso y antes de estar recostado en la silla vio como una chica se ponía a bailar sin poder detenerse y él pensó “pobre idiota, que vicio más estupido”.





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Ya lo reconosco, este blog se muere por falta de mantencion...



en fin aca va cuento que esta dedicado y todos saben para quien...





eso me despido

habra una muerte en civil, solo una, porque el curso es un ente... solo uno



eso

adiosh

suerte


7 comments:

Anonymous said...

hahahahaahaahahahahaa lol
que wena es el cuento más gracioso que he leído. Rápido, inteligente, novedoso felicitaciones felipe

besos

Anonymous said...

Muy bueno, ya lo he leido 2 veces y ambas me han hecho reir de igual manera =P .
Ah! yo también lo encontre rápido :P

Anonymous said...

Hola, había leido el cuento y me gustó mucho igualmente me hizo reir y lo disfruté.

P! said...

Pero cómo fue que empezó a escuchar reggeton?
Cómo fue que se hizo adicto??

Me huele a segunda parte =)

Isolda V said...

Ta muy gueno tu cuento, pobre muchacho adicto a ese ritmo tan fatal y fogoso, y lo peor es que lo ubico, pero no habia caido en que tras esos audifonos habia una fuerte adicción, ahora se debe creer EL SEÑOR DE LA NOCHE, ¡ ya tu sabes! jajaja.

Mele

Saku said...

jajajaja CSM!!!... está re bueno Felipe...
Es un cuento Rápido, novedoso y que te hace reír como demonios XD..

Será que el viejo que me acosó hoy en la mañana le gustaba el reggetton?? XD

Shu shu nadie lo sabra! xD (8)

Besos
y ya sabes.. cualquier cosa mi cel disponible las 24 horas del día

Anonymous said...

ta weno felipe..gracioso, liveano. peor lee una vez mas tus cuentso antes de postearlos, algunos errores ortograficos o palabras faltantes q molestan un poco