Saturday, April 28, 2007

Falta de entendimiento

-¿Quieres un café?-

-No, terminemos rápido- Se tomó las manos y miró de reojo un perro que iba pasando

-Bueno, es difícil, me cuesta partir ¿quieres un cigarro?- se tanteo los bolsillos

-No-

-Eres muy pesada, pero yo si quiero un cigarro, esperadme-

-Bueno-

Fue al quisco más cercano, sacó de su bolsillo sus últimos 600 pesos y miró los Derby con deseos frustrados, dejo las monedas sobre el mesón y pidió unos Belmont light diez, con la moneda que le quedaba compro un chocolate.

Cuando volvió ella estaba haciéndole cariño al perro que estaba rondando, un perro enano y con algo de sarna, lo único que respeto del despreciable animal era su modesto ladrido (la modestia de ladrar solo cuando era necesario, es una cualidad que algunos seres humanos deberían aprender). Sacó de su bolsillo el chocolate y pensó una infinidad de cosas, pasó por todo su repertorio de piropos sutiles, galanes e idiotas, y dijo:

-Así dejas de ser tan ácida- se preguntó inmediatamente para que pensó tanto si iba a tirar una pesadez –Pero no dejas de ser linda- acotó, para aminorar su eterno y mal ponderado sarcasmo

-Vale- respondió entre dientes-Ya vas terminar con esto, dime que me tienes que decir que tengo que irme-

-Bueno…- de verdad la situación era incomoda, en esos pocos minutos ya se había fumado cinco y estuvo a punto de decir que necesitaba un chicle, pero ni para eso tenía plata.

Suspiró y camino rodeándola, se tocó la barbilla anisándola, se decidió –Bueno… es que tengo algo importante que decirte, se que hace tiempo que no hablamos, pero…- en ese momento sintió algo calido en el pantalón y miró para abajo, el perrito muy dulcemente lo había meado.

Ella se largo a reír, pensó que no podría ser peor y se hecho para atrás y piso un mojón, su mirada penetro los ojos de ella y el silencio se apodero por unos instantes, hasta que el vocifero “QUE MIERDA PASA, ESTA VIDA NO ME PUEDE CAGAR MÁS”, así la chica comenzó a reír sin parar, su piel blanca se comenzó a tornar colorada luego roja, prosiguió avanzando hasta un fucsia algo delator, nuestro protagonista le dio la espalda mientras seguía escuchándose las carcajadas unas tras otra, tras otra y tras otra. Su vergüenza se había materializado y estaba al frente de él, riéndose entre dientes:

-¿Qué haces acá?-

-Bueno me dijo un pajarito que vendrías a conversar con ella-

-No es lo que tú crees-

-Bueno, vengo a ver como estas y te pilló pisando mierda-

-Es exactamente a lo que me refería, bueno tampoco conseguí pedírselo aún-

-Bueno te dejo, estaré en el café de al frente para que me cuentes después-

Se dio una vuelta y ella estaba tendida en la banca sin poder respirar, llamó a Roberto de un grito, trató de hacerle un masaje cardiaco (en realidad no tenía la menor idea de lo que tenía que hacer), no funcionaba, Roberto se fue a buscar ayuda. Nuestro amigo hizo cuanto pudo, pero la desesperación lo estaba ahogando, así que la levanto e hizo lo que vio en centenares de películas y le apretó el estomago y salto una pequeña almendra, se escuchó un suspiró de alivio.

-¿Estas bien?- pregunto en un tono heroico

-Sí- le respondió recuperando el aire

-Perfecto, vamos donde esta Roberto, para que te vean si todo esta bien- se fueron caminando, ella estaba de pronto muy regalona.

En el camino se encontraron con un Roberto agitado, que llevaba alguien.

-¿Quién es?- pregunto ella

-Un garzón, pero estuvo estudiando un tiempo medicina, deja que revise-

-Bueno-

La dejaron sola un momento, mientras Roberto hablaba con su amigo, le insistía que este era su momento, le había salvado la vida, se le notaba diferente.

Así se acercaron donde estaba ella y Roberto se marcho con el garzón, porque había dejado una mesa tirada y debía ir a dar explicaciones a su jefe de lo que ocurrió.

-Bueno te lo diré, antes que me lo preguntes- dijo ella con algo de emoción en todo su cuerpo –sí me gustaría acercarme más a ti-

-No era eso lo que te iba preguntar-

-¿Entonces?- su rostro tomo una expresión ominosa

-Quería saber si me puedes hacer gancho con tu hermana- una sonrisa se esbozo en su cara, tan picaresca, tan deseosa.

Al rato estaba con Roberto tomando un café.

-Oye ¿te duele ese ojo?-

-¿Qué crees?, idiota-

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Bueno, cuentecillo nuevo


Hay que reconocer que la gente se niega a entender y yo a lo mejor me niego a ser mas gente. La cosa es rara, en fin...


Pero como este mi blog...
Que se pudra ese tipo de gente, hablar o tratar de hacer enteder tipeñajos faltos de vision, en realidad me irrita las pelotas.

Eso, finalmente en civil me fue bien, no fue masacre, ahora hay que seguir dandole a todo lo que venga.


Se cuidan
adiosh
"El corazón no sabe qué pensar"

Saturday, April 21, 2007

Manías Compulsivas

Ya casi eran las siete y la sala de a poco se iba llenando. Cuando dieron las siete cerró la puerta y subió al podio, espero unos segundos para que los murmullos cesaran.

-Buenas tardes, hoy comenzaremos una nueva etapa en la terapia- suspiro y observo al público, se dio cuenta que habían un par de caras nuevas –Veo que hay caras nuevas, he invito a que se presenten-

Se paro sin descaro, exhibiendo un accidente en la peluquería o una moda muy nueva como para ser aceptada. Él organizador le dio un abrazo y le toco el hombro, se paró en el podio y dijo:

-Buenas noches, mi nombre Carlos Barrientos-

-Buenas noches Carlos- todo el mundo respondió al unísono

-Bueno, no sé bien por donde partir, no soy bueno hablando en público- pensó por un momento como dejarlo salir, entonces brotó –yo tengo un problema, desde hace un tiempo que no puedo evitar bailar Reggeton- en la sala en general se escucho una risa leve-No sé rían de verdad, les contaré desde como comenzó-

Así de pronto comenzó hacer memoria hacia unos meses atrás, era sábado y estaba en casa golpeando el techo con una pelota y miraba su celular con ansias (quizás una llamada y una fiesta por ahí), pero nada.

Despertó en la mañana con ganas de beber una cerveza, pero en el refrigerador había nada, así que salió de su casa a pasear a su perro. Comenzó a buscar a sus amigos, pero sino que estaban de vacaciones, simplemente no querían salir. Después de un par de vueltas volvió a su casa y almorzó tranquilo, miró a su viejo y se puso a ver el partido, mantuvo (quizás sin darse cuenta una conversación de viejos) así que le preguntó como va el partido y su viejo respondió con una mueca preguntándole si estaba bien de su pierna, el le hizo una mueca de afirmación y ahí se quedó el resto de la tarde.

En mañana cuando viajaba a la U se sentía aburrido y que su fin de semana había sido una verdadera mierda, que le había faltado algo de vida. Pero gracias al transantiago se sintió cómodo, al principio solo se dedicaba a moverse al ritmo del metro, frotándose indiscriminadamente contra jóvenes, ancianas, niñas y hasta hombres, el movimiento no era muy evidente, entonces se lograba disimular. Al llegar a su estación de destino se sentía algo más feliz.

Así comenzó a repetirlo todos los días, cada vez iba implementando algo más, por ejemplo al celular solo le dejaba reggeton y se ponía los audífonos y comenzaba a bailar. Al principió no necesitaba ser evidente, lo disfrutaba enormemente, sentía que le había dado un aire nuevo a su vida, estaba más sociable y feliz. El problema comenzó al mes, que ya no pudo evitar disimularlo, entonces su baile se volvió un poco más provocador y ya dejo de usar su audífonos y colocaba a todo volumen la música de su celular, la gente al principio no sabía como reaccionar, él sentía algo de vergüenza por las miradas acusadoras, gracias a eso él se corría de vagón en vagón. Hasta que llego aquél nefasto día, que decidió quedarse todo el viaje en el mismo vagón bailando y tatareando (pero la tolerancia no es algo que caracterice a los chilenos) así después de un par de estaciones un tipo lo bajo a combos del metro, pensarán que eso lo detuvo para bailar, pues no, cuando se reincorporo siguió bailando hasta que acabo el tema.

Así que por un par de día lo evito, trató de alejarse de ese ritmo que lo enloquecía, pero abstinencia era peor, recordaba con pudor aquel día que iba pasando fuera de la feria del disco, comenzó a escuchar Don Omar y fue como una orden que no podía evitar y comenzó a moverse al medio del paseo ahumada, no podía evitarlo, ni siquiera podía avanzar, fue la maldad del dj, pues lo tuvo bailando fuera de la tienda por lo menos una hora, lo positivo de ello que gano como dos mil pesos.

-Así que esta es mi historia- concluyó

-Muchas gracias Carlos por compartir con nosotros tu problema, ahora puedes ir a sentarte, trabajaremos todos juntos para a superar tu adicción-

Carlos se estaba sentado, cuando escucho como una melodía muy leve, una salsa para ser más preciso y antes de estar recostado en la silla vio como una chica se ponía a bailar sin poder detenerse y él pensó “pobre idiota, que vicio más estupido”.





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Ya lo reconosco, este blog se muere por falta de mantencion...



en fin aca va cuento que esta dedicado y todos saben para quien...





eso me despido

habra una muerte en civil, solo una, porque el curso es un ente... solo uno



eso

adiosh

suerte


Wednesday, April 11, 2007

Un quiebre en la luz

La mañana comenzó antes del alba. Él había despertado de un sueño agitado y pronunciando un viejo nombre, en un idioma olvidado, pero quien lo escuchara pensaría que es solo un balbuceo, después de su desconcertante ingreso a ese día, olvido por completo su sueño.

Miró la hora, distinguió que no había luz suficiente para si quiera reconocer el reloj, así que contempló el techo de la habitación, buscando respuestas, quizás dibujo la trayectoria de Júpiter que sería absorbido por un titán piadoso, luego de su arena construiría un espejo en el cual mostraría otro universo, donde un conejo de copa se rapta una niña que sin prisa se vuelve mujer.

Trató de recordar su sueño en vez de seguir en divagaciones sin sentido, de pronto lo tocó, estaba en un tren, el vagón estaba atiborrado de gente y se encontraba omnibulado por la cantidad de fragancias de ese metro cuadrado, al darse vuelta estaba en Roma y al girar un poco más en Francia y luego en su último giro estaba sentado en su oficina mirando la hora, así que se levantó y fue al baño donde apareció en una calle desconocida, besando una mujer desecha en arrugas, al próximo pestañar despertó por completo y su sueño no habían engañado ni quince minutos.

Cuando finalmente se metió a la ducha y sentía como su cuerpo recobraba el calor por aquella agua calida, sintió soledad después de muchos años. Así que su ducha fue más larga de lo normal, supongo que quería sentir el dolor de descubrirse solo, de levantarse sin ninguna otra mano. Cuando su breve pero inesperado llanto se confundió con las últimas gotas, se sintió más libre de su ayer tan agobiante, así ese día parecía nuevo, sin precedente, aunque sabía que de aquí hasta las dieciocho horas, todo sería exactamente igual que siempre.

Llegó a su oficina después de haber surcado un mar de gente en el metro, se sentó a ver como pasaban los segundos y cada uno del que venía era más lento que el anterior. Habló con sus amigos de las noticias de ayer y sin muchos ánimos se quejó de todo, como lo hacía de costumbre.

A las dieciocho horas se levantó de su oficina, se dirigió a la salida, antes de salir miró a su izquierda un cartel del viejo coliseo, pero su mente dormida y cansada no pudo hacer el alcancé, así que siguió caminando hasta el paradero y habían promociones de viaje y añoró sus ansias de viajar, de luchar contra el mundo, pero se detuvo cuando su micro se lo llevó, miraba por la ventana el cartel, esperándose a ver aún abajo, la micro se estaba alejando, cuando se vio mirándose desde el paradero otra vez, su negación no podía ocultar su perplejidad, pero aún así el miedo no le dejo hacer nada, él en lo más profundo de su ser, había esperado que en su vida ocurriera algo así, que pudiera decir que realmente existía la magia, que los eventos imposibles si existían.

En el paradero se observaba como se iba en su micro, mientras pensaba que él si podría tener el valor de ir a Roma y Francia, quizás al África, porque lo único que él pudo hacer por si mismo, fue dejarse ir y huir de todo lo que él quería lograr, dejar envejecer sus esperanzas y ni siquiera poder amarlas hasta envejecer.

Así que ambos hicieron lo único humano para la situación. Olvidarlo, dejarlo como otro sueño loco.

En eso despertaba un español que había soñado que tenía un acento cantadito y se veía ir en una guagua mientras no sentía nada.

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Hace un tiempo que no subia nada, tampoco he hecho publicidad, supongo que esperaba alguna idea o animos para remodelar el blog, pero no me han acompañado los animos.

Se ha cumplido un año desde que todo se quebró, pero los paradigmas estan hechos para ser pardojas por un momento y esas paradojas estan hechas para que pienses. Así que para mí finalmente todo quedo en silencio.
No olvidare, porque es cierto que volvi a ocupar la billetera negra, en forma de simbolo que decidi ser yo, no seguir huyendo... francamente el naranjo no me viene.


eso mis niños, espero que disfruten el texto y la foto es porque me gusto
adiosh
"Creo para comenzar a comprender... así aprendo"