asi pasa todo

Consecuencias

Mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, recordaba con un amargo sabor las antiguas conversaciones, pero el recuerdo más fuerte, fue cuando se acurruco desnuda en su pecho, él pregunto:

-¿Me amas?-

-Claro mi vida-

-¿segura?-

-Sí, estoy tan segura que podría decir que te amo más yo que tú-

-No creo que eso sea cierto-

-¿Por qué lo dices?-

-Porque mi pecho me lo dice- entonces ella le dio un beso y acaricio su rostro

-Mi conejito no te asustes, no te voy a dejar-

-Lo harás, lo sé, cuando eso pase me da miedo actuar por dolor, se que me dolería tanto que trataría de dañarte para detener mi dolor-

-Sé que no lo harías, eres muy tierno como para hacer eso, aparte que no pasara-

-No digas eso, te amo y estoy seguro dentro de mi inseguridad, pero no quiero que pase, aparte eso no lo creo- entonces ella comenzó acariciar su estomago, los próximos cuarenta minutos, donde los dos se quedaron tendidos en la eternidad de lo que sentía en ese momento.

Ella volvió en sí, miraba con nostalgia su rostro rígido, perpetuado con una sonrisa muerta que le regalaron, pensaba y no entendía lo que le había pasado, quería estar sola para pensar, era muy joven para entender cosas eternas, yo creo que nadie las entiende solo creen hacerlo, ella dentro de su limitaciones etarias tomo la decisión que causara menos dolor, seguramente en su cabeza pensaba que a pesar de todo, esto era lo mejor, pues si habría sido otro daño mayor quizás las consecuencias habrían sido mayores, pero de todo lo malo, solo quedo la tranquilidad que se acabo.

Se acerco la madre del chico y le pidió que se alejara para cerrar el ataúd, entre los tíos y hermanos tomaron el cajón y lo pusieron en la carroza, una señora de negro le pregunto si realmente quería ir, ella asintió con la cabeza y se subió a un auto donde no conocía a nadie, se cuestionaba porque le dolía, si estaba harta de él, una vez que terminaron se volvió un hombre arisco y la hizo llorar todas las veces que se le presento la oportunidad, se preguntaba si realmente eso extrañaría, pero recordando escucho su voz llamándola de la forma que lo hacía cuando estaban a solas, en ese momento el llanto comenzó, la señora de negro la abrazo y le dijo que esto iba a pasar, pero sabía que no, sabía que por más quisiera nunca más volvería a escuchar su voz, ni tampoco sus chistes fomes, él se fue para no volver.

Llegaron donde lo iban a sepultar, el cura dijo un zarza de estupideces, ella solo miraba la caja negra, esperaba que en cualquier momento saltara y retarlo por idiota, que todos comenzaran a reír, pensando que esto era muy mal chiste de su parte, pero no, la caja comenzó a bajar lentamente, ella saco de sus cabellos una rosa seca que él le había regalado, la tiro sobre la caja. Después de una hora, comenzó hacer frió y hasta llovió un poco, pero el no salía, mientras más se demoraba, ella más lloraba, pero cuando la lluvia se afirmo, quedo empapada y la rosa seca se destruía sobre la madera, entendió que eso si era eterno.