No quiero mencionar algo sobre el sol negro, pero tengo que confesar que si lo he visto, dentro de tus ojos ahogándose en el caos de tu mente. Dejándome sin consuelo, abandonándome lentamente, retirándote de cada cosa que tu cuerpo puede tocar.
Ese oscuro sol, suena como lluvia rompiendo los huesos de una ciudad, comiendo el acero y corrompiendo sus venas, dejándola amnésica, haciéndola virgen otra vez.
Es ese encanto pecaminoso me hace llorar para ahogar ese calor, para descongelar el frio y antes que me consuma dejo escapar ese rio contenido en mi corazón y encausado por mi espíritu.
Trato de endulzar esa negra bola que queda donde hubo vida, me esfuerzo para que mi adiós sea formidable, pero solo veo esos soles negros, no me dan más opciones que cubrirlos con un parpadeo permanente. Escuchando con tu voz, el cliché, que la vida es un pestañeo.
Sunday, September 16, 2012
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